Javier Fumero

José Blanco prepara un lifting a lo Carme Chacón

Hace tres o cuatro años, su carrera en el PSOE parecía no tener fin. Su futuro nunca pasó por la secretaría general del PSOE (él siempre ha sido muy consciente de sus límites) pero sí esperaba, por ejemplo, convertirse en un barón socialista con mando en plaza desde su tierra natal: Galicia.

José Blanco elaboró una hoja de ruta en esa dirección pero de repente, el viento comenzó a soplar en dirección contraria.

El primero que le falló fue Alfredo Pérez Rubalcaba. Habían formado juntos en el Gobierno Zapatero una alianza ambiciosa y de amplio respiro, uno desde la vicepresidencia del Ejecutivo y otro como portavoz del Ejecutivo y la cartera de Fomento. Esa entente fue la que se llevó por delante, por aquel entonces, a María Teresa Fernández de la Vega. Ahí es nada.

Maniobraron a diestro y siniestro, hicieron y deshicieron a su antojo bajo la anuencia del presidente, pero cuando Rubalcaba fue investido como candidato, se deshizo el encantamiento por arte de magia: José Blanco fue apartado y quedó fuera de la campaña electoral.

Se trató de una decisión expresa de Rubalcaba, la nueva cara visible del PSOE. Su apuesta era Elena Valenciano. No había lugar para ‘extraños’. Ni Óscar López (ahora secretario de Organización y muy vinculado siempre a Blanco) puedo meter baza en la estrategia para las generales de 2011. Cero.

Unos meses después, llegó la puntilla en forma de filtración. Así nació el mediático ‘caso Campeón’, con sus primos, supuestas subvenciones irregulares a cambio de comisiones, con sus gasolineras, con su olor a merdè impregnándolo todo...

Por si todo esto fuera poco, comenzó a circular por las redacciones de la prensa nacional un sobre con unas comprometidas fotos de una fiesta privada en su chalet de Las Rozas, en Madrid. Una contrariedad más.

Pero, al fin, el pasado mes de septiembre llegaron las buenas noticias. El Tribunal Supremo archivó definitivamente la causa contra Blanco por delitos de cohecho, tráfico de influencias y prevaricación en el caso Campeón.

Desde entonces, nada se sabe de José Blanco.

 

Sin embargo, este lunes un periodista de La Voz de Galicia ha levantado la liebre: el político socialista prepara un cambio de imagen, una renovación, desde la distancia.

Su intención (todavía no confirmada oficialmente) es entrar en las listas del PSOE a las Europeas. Lo tiene difícil porque la competencia es tremenda: todos quieren ocupar un sillón con sueldo seguro en Bruselas. Por si el asalto a La Moncloa en 2015 resulta un fiasco.

Blanco pretende repetir así el lifting que ha puesto en marcha Carme Chacón, con su marcha a Estados Unidos buscando alejarse del ruido mediático, dejar que el tiempo sane las heridas, mejorar su imagen y regresar cuando las aguas hayan vuelto a su cauce.

Más en twitter: @javierfumero


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