Javier Fumero

Madre mía Uma Thurman

La actriz Uma Thurman sorprendió a todos este martes al aparecer en público visiblemente cambiada. Iinicialmente se aseguró que había pasado por el quirófano, para someterse a una operación de cirugía estética que habría transformado su rostro hasta quedar irreconocible. Al final, se ha sabido que sólo se trató de una intencionada sesión de maquillaje.

La lipoescultura se popularizó en el mundo occidental hace bastantes años. Las clínicas de cirugía estética llevan tiempo ganando cantidades ingentes de dinero con un eslogan: “somos capaces de recuperar el cuerpo perfecto que hay en ti”.

El mensaje que ha seducido recientemente a Renée Zellweger, Catherine Zeta-Jones y Demi Moore es un clásico: es posible borrar de tu rostro el paso del tiempo, volver a esa lozanía original que has perdido y, además, tienes derecho a ello.

No te conformes. Revélate: tu belleza primigenia y la natural frescura de la que has gozado hasta hace poco han quedado arruinadas por circunstancias externas. Se trata de remover esa grasa que sobra, las arrugas, las pistoleras o la flacidez. Hazlo y volverás a ser perfecto/a.

Sin embargo, parece que otro mundo es posible.

Las pasadas Navidades se comenzó a comercializar Lammily, una muñeca realista, sin cintura de avispa, ni maquillaje, ni taconazos, ni cuerpo estilizado. Tiene un poco de celulitis, altura y proporciones medias, zapatillas planas, incorpora pegatinas para añadir granos en la cara, pecas, heridas y algún que otro tatuaje.

Se trata de una iniciativa del artista digital, Nickolay Lamm, que –cansado del tiránico look impuesto por la Barbie y propuestas similares- decidió lanzar una muñeca con una fisonomía más cercana a la realidad. Diseñó el prototipo y lo anunció en Internet invitando a los interesados a financiar el lanzamiento.

Su estrategia de crowdfunding fue todo un éxito: en 24 horas recaudó los 95.000 dólares (68.000 euros) que se había fijado como presupuesto. Pero el goteó de donaciones continuó hasta alcanzar la cifra de 501.384 dólares (unos 400.000 euros). Logró multiplicar por cinco su plan de negocio inicial.

En el mundo de la moda también se perciben movimientos dirigidos a promover estándares de belleza más realistas. Así han salido a la luz casos bastante llamativos:

 

-- Winnie Harlow. Esta joven canadiense de color sufre vitíligo, enfermedad de la piel que causa manchas blancas. Participó el año pasado en el programa ‘America’s Next Top Model’ y acaba de firmar por Desigual. Estos días se la puede ver en carteles distribuidos por diversas ciudades de España.

-- Moffy. Esta adolescente padece estrabismo y saltó a la fama tras ser portada de la revista The Pop, una de las publicaciones más influyentes de la moda. Poco después, firmó un contrato con Strom Model, la agencia que descubrió y encumbró a Kate Moss.

-- Shaun Ross. Este chico padece una ausencia congénita de melanina en los ojos, en la piel y en el pelo. Es albino. Sufrió burlas a lo largo de su infancia, pero eso no ha impedido que en estos momentos desfile para los mejores diseñadores del mundo.

-- Rebekah Marine tiene 22 años y nació sin el antebrazo derecho. Sin embargo, ahora desfila en Alemania, Los Ángeles, Nueva York y Boston. Esta joven dedica también sus esfuerzos en ‘Models of Diversity’, un grupo que ayuda a promover la carrera de las chicas que no encajan con el estereotipo clásico que impera en la moda.

Más en twitter: @javierfumero

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