Javier Fumero

El día que Pablo Iglesias justificó dos veces a Rajoy

Cada político maneja sus tiempos como quiere y me parece bien. Los estrategas y expertos en imagen le recomiendan más o menos visibilidad según le convenga y me parece bien. Pero entonces, los ciudadanos podemos hacernos algunas preguntas.

Este lunes, Pablo Iglesias ha vuelto a escena. Ha lucido buen color y rostro veraniego en una rueda de prensa fogosa, apasionada, dirigida a transmitir entusiasmo a sus simpatizantes. En plan: ahora sí que sí, vamos a por ellos.

En el encuentro con periodistas, ha lanzado varios mensajes: nada de pactos con el PSOE (habrá que verlo, pero es lo que hay que decir ahora); tampoco habrá alianza nacional con IU y Podemos apoya incondicionalmente a Tsipras (que ya es apoyar).

Por cierto, tal es su pasión por el líder griego que ha sido capaz de justificar las políticas de Mariano Rajoy con tal de defender a su amigo. Sus palabras: la dirección de Podemos apoya a “quien asume el desafío de gobernar”, a quien “aspira a mancharse las manos y a asumir contradicciones gobernando”.

O sea, que Rajoy no ha hecho tanto daño incumpliendo su programa o manchándose las manos con la caja B que parecía manejar el Partido Popular. Es lo que tiene gobernar, que diría don Pablo. Mmmm.

Sin embargo, que los árboles no nos impidan ver el bosque. Pablo Iglesias ha salido a escena de aquella manera. Como hoy desvela ECD, su presencia mediática va a ser controlada al milímetro a partir de ahora. Serán apariciones esporádicas y muy medidas para evitar desgastes innecesarios y no ‘quemar’ al candidato.

La primera consecuencia es que se acabaron las tertulias en televisión. El líder de Podemos se va a exponer lo justo. Concederá entrevistas pero repartirá juego entre otros miembros del partido. Ha sido aleccionador el aperitivo, con Iñigo Errejón dando el callo a base de bien este mes de agosto.

Así va a ser, a partir de ahora. Insisto: y me parece bien. No obstante, también aquí Rajoy sale justificado en su política de restringir sus apariciones en los medios. El presidente no quiere problemas y sabe que cualquier exposición ante los periodistas es un potencial peligro. Por eso prefiere esconderse y evitar salir chamuscado. Pasar por silente antes que por torpe.

¿Se le puede criticar adoptando la misma estrategia? Tengo mis dudas, aunque me parezca legítimo.

 

Más en twitter: @javierfumero

Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato