Pablo Motos y Antena 3: dejen de burlarse de la religión

No sigo habitualmente ‘El Hormiguero’, el programa que emite Antena 3 Televisión entre semana, a las diez menos cuarto de la noche. A esa hora, estoy terminando de trabajar o estoy cenando. Pero he visto vídeos sueltos y no me parece mal programa. El pasado jueves, sin embargo, se pasó tres pueblos con una burla a la Iglesia Católica.

Pablo Motos invitó a Leo Bassi, conocido bufón de larga trayectoria, con una fijación especial contra la religión católica y que ha orientado sus últimos años de vida hacia un exclusivo fin: ofender a los cristianos. El jueves se despachó a gusto.

Anunció que acababa de crear una nueva religión. La “religión patólica” y mostró a su líder máximo: un pato, que fue objeto de todo tipo de homenajes. Desfilaron figurantes disfrazados de obispos y hubo hasta una procesión en andas, llevando al pato en cortejo por todo el plató.

Volvemos a un tema recurrente: dónde acaba la libertad de expresión (artística incluso) y dónde empieza el derecho de los demás a ver respetadas sus propias creencias.

Entiendo que alguien odie a la Iglesia Católica pero jamás admitiré el derecho de nadie a mentar a la madre de otro. Por ninguna causa. Nunca estará justificado. Creo que el ejemplo sirve.

Porque quienes están en contra de determinadas creencias religiosas consideran que tienen derecho a burlarse de ellas. Consideran que eso forma parte del derecho a discrepar. Y eso resulta intolerable. Cocinar un crucifijo es una aberración y llamar "hijo de puta" a otro siempre será un insulto.

Se puede disentir, protestar (en público y en privado), promover opciones contrarias y hasta denunciar en comisaría. Faltaría más. Sólo se pide respeto. ¿Es demasiado? La cuestión es grave y -repito- no es nueva: ¿por qué nos resulta tan difícil respetarnos?

El caso demuestra, además, otro asunto importante: aquí nadie está libre de culpa. Ni siquiera la estupendísima Antena 3, la televisión ‘blanca’, el canal diseñado para toda la familia, ese otro modo de entender el entretenimiento.

Me indignó que Telecinco permitiera que La Fábrica de la Tele (Oscar Cornejo y Adrián Madrid) montara hace ocho meses una procesión-burla de Semana Santa con los mariachis de  ‘Sálvame Deluxe’. Y ahora protesto cuando los ingeniosos guionistas de 7 y Acción (Pablo Motos y Jorge Salvador) ofenden en Antena 3 a millones de católicos de este país con una payasada más de Bassi.

 

No me parece bien. Y lo cierto es que me gustaría conocer la identidad de los anunciantes que patrocinan el programa. Quizás haya llegado el día de dejar de consumir esos productos. Por su apoyo a charlotadas que no son discrepancias legítimas sino mofas impropias de una sociedad tolerante, madura y abierta.

Más en twitter: @javierfumero

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