Javier Fumero

Parecía imposible: ¡un 11-M en el Reino Unido!

Va a volver a pasar. Es increíble. Corría el año 2004 y faltaban cuatro días para las elecciones generales en España. De repente… ¡boom! Once bombas hicieron saltar por los aires, en plena hora punta, varios trenes de Cercanías en Madrid. Acabaron con la vida de 193 inocentes y dejaron un país en shock.

El atentado perpetrado por una célula de islamistas radicales que semanas después se inmoló en un piso de Leganés influyó, y mucho, en el resultado de aquellos comicios. El pueblo acudió a votar el domingo día 14 bajo los efectos de lo que sucedió aquella triste jornada y los días posteriores. El resultado fue que el candidato que ganaba de calle en las encuestas previas, Mariano Rajoy, fue superado en el último momento por José Luis Rodríguez Zapatero.

Han pasado trece años de aquello y, aunque parezca extraño, está a punto de volver a pasar algo similar aquí al lado, en el Reino Unido.

Theresa May convocó elecciones generales por sorpresa el pasado 18 de abril. Pilló a todos con el pie cambiado y los analistas concluyeron, de forma mayoritaria, en que se trataba de un movimiento genial, brillante, definitivo.

May disolvía el parlamento para pedir la confianza mayoritaria de los británicos y poder afrontar con mano de hierro la negociación frente a Europa por el Brexit. La oposición estaba hecha unos zorros. El Partido Conservador estaba 18 puntos por delante del Partido Laborista en las encuestas. Todo el mundo predijo una victoria de May por aplastamiento, mayor incluso que la que obtuvo David Cameron en 2015.

Sin embargo, sólo mes y medio después, la situación ha dado un giro sorprendente. Esa ventaja se ha reducido a solo 7 puntos. Pero un estudio demoscópico situaba el pasado viernes a Corbyn a sólo tres puntos de diferencia: era un sondeo de ‘The Times’. En cualquier caso, peligra la mayoría de escaños para los conservadores. Es probable que terminen siendo el partido más votado pero van a llegar el jueves a la meta pidiendo la hora, asfixiados. Y lo que es peor: al día siguiente es posible que obtengan un peor dibujo parlamentario del que tenían. Un desastre.

¿Qué ha sucedido estas semanas? Varias torpezas y un nuevo 11-M.

Theresa May se equivocó al anunciar un plan para endurecer las condiciones de los mayores necesitados de asistencia. Dicen que ese ha sido su principal error. Pero también se empeñó en no participar en un debate, al que envió a su ministra del Interior para no dar la cara. Después han entrado en acción los yihadistas radicales. Tres atentados terroristas en tres meses han confirmado la nefasta gestión de la amenaza que ha hecho estos años el gobierno británico y sus servicios de inteligencia. May fue ministra del Interior y se le culpa de los recortes que impuso en la policía.

Es todo como una especie de ‘déjà vu’: esto me suena haberlo vivido antes.

 

Más en twitter: @javierfumero

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