Javier Fumero

Y Pedro Sánchez perdió el sentido (de Estado)

Hace unas semanas estuve cenando con uno de los protagonistas de la transición española. Fue una larga velada donde se abordaron muchos asuntos. Una de las cuestiones que se planteó fue referida al perfil de los políticos actuales, su grado de preparación, su valía, su dedicación a los ciudadanos, su rectitud y sentido profesional...

El invitado evitó las generalizaciones y, además, me sorprendió añadiendo un comentario que no se suele escuchar: no hay que mitificar el pasado —dijo— porque, contrariamente a lo que se suele decir, no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero a renglón seguido, añadió un matiz importante. Observando la políltica española actual sí echa en falta algo que existía entonces entre los servidores públicos: el sentido de Estado.

Explicó que, en aquellos años tan cruciales para la vida política nacional, convivían protagonistas con ideologías muy diversas, con planteamientos opuestos, con propuestas enfrentadas... pero todos mantenían un cierto consenso sobre aquellos asuntos clave que no debían someterse a la batalla ideológica. Por el bien del país.

Esta idea me ha venido a la cabeza ahora al conocer las maniobras que el Partido Socialista que dirige Pedro Sánchez está protagonizando en Europa para boicotear la candidatura de Luis de Guindos a la vicepresidencia del Banco Central Europeo. 

Que el candidato reúne las cualidades necesarias para ocupar el puesto, muy pocos lo discuten. Es uno de los protagonistas con mejor predicamento en Europa y uno de los que ha hecho posible que este país, en tiempo récord, haya pasado de una crisis económica brutal a una situación de crecimiento sostenido y estable.

De Guindos no es perfecto, eso tampoco se discute. Tiene defectos y hasta se le podrían achacar responsabilidades concretas sobre algunas medidas que ha tomado. Pero boicotear públicamente esta candidatura española a un puesto de relevancia en la Unión Europea es una deslealtad impropia de un líder político que aspire a gobernar.

La cuestión es importante porque en Franckfurt se valoran las candidaturas apoyadas en bloque a nivel interno, de forma unánime. Eso sucede con el aspirante de Irlanda, impulsado por todos los partidos de esa nación. El BCE suele dudar de cualquier propuesta que genere controversia.

La decisión adoptada por Pedro Sánchez da muestras de su escaso sentido de Estado, de su corta estatura política. No todo vale por el rédito político a corto plazo. Como esto es algo que suelen percibir los ciudadanos inteligentes, tengo para mi que actitudes como esta le van a pasar factura al líder del PSOE en el futuro. Tiempo al tiempo.
Más en twitter: @javierfumero


 
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