Javier Fumero

Pistas para entrever quién pactará con quién

Los pactos postelectorales son un misterio. Muchos fuegos artificiales, mucho amago de veto, mucho guiño pero ningún partido político, salvo Podemos, ha sido claro al respecto. Pablo Iglesias quiere entenderse con el PSOE. El resto, ya veremos.

Por si este velo desplegado por los partidos fuera poco, no hay manera de aclararse con las filias y fobias demostradas estos días. El motivo de este errático proceder es que los zascas y achuchones que estamos percibiendo van dirigidos a captar voto, a robar simpatizantes al vecino y a convencer a indecisos.

En este sentido, es significativo lo que sucedió este miércoles en el debate organizado por El País entre los cuatro responsables económicos de los principales partidos: Luis de Guindos, Jordi Sevilla, Luis Garicano y Nacho Álvarez. Fue un fiel reflejo del otro debate a cuatro, el del lunes, que contó con sus líderes políticos al frente.

A saber:

-- PSOE y Ciudadanos no se tocan. Ni Pedro Sánchez arreó a Albert Rivera, ni sus gurús económicos se sacaron trapos sucios a pasear. Un par de topetazos casi infantiles y a otra cosa, mariposa.

-- Podemos es muy duro con el Partido Popular y con Ciudadanos. Al PSOE, apenas unos pellizcos. Todavía resuenan en el plató de la Academia los reproches por lo bajo, casi maternales, de Pablo Iglesias a Pedro Sánchez, mientras meneaba la cabeza de un lado a otro: “No soy yo, Pedro, te equivocas de adversario. El adversario es el Partido Popular, el adversario es Mariano Rajoy”… Todo estudiado al milímetro para robarle la cartera de votantes al Partido Socialista. Pura estrategia, puro marketing.

-- Ciudadanos es beligerante fundamentalmente con Podemos. Ahí descarga toda su bilis. Y lo hace con la mano abierta. También reparte al PP, pero moderando el tono, alabando políticas concretas del partido, sin asfixiar. Así actuó Garicano en el encuentro de El País, acosando fundamentalmente a Nacho Álvarez con sus propuestas sin memoria económica que justifique tanto gasto público.

-- El PSOE sacude ocasionalmente a Podemos pero sólo tiene un rival: el PP, Mariano Rajoy. Ahí no hay piedad. Se aplica el martillo pilón con ocasión o sin ella: pum, pum, pum. Sin tregua. Es el antagonista principal. Podemos también es objeto de críticas, sí, por su ‘pinza’ con el PP contra la investidura de Sánchez, por frustrar aquel acuerdo pidiendo sillones poco sociales, por el peligro que acarrea. Pero son pequeñas collejas comparado con el acoso y derribo dirigido al inquilino de La Moncloa.

Pedro Sánchez prácticamente sólo miró a su derecha en el debate a cuatro, hacia donde estaba Rajoy. Y Jordi Sevilla este miércoles centró sus ataques casi en exclusiva en De Guindos.

 

-- Y el PP corresponde de la misma manera: sólo tiene dardos para el PSOE. Su estrategia consiste en lanzar mensajes de optimismo sobre España, reivindicar su ejecutoria y su legado, dejar a los demás como diletantes y defenderse de los ataques. Pero si se trata de percutir, Pedro Sánchez es su principal objetivo. Lo mismo hizo ayer Luis de Guindos. Leña a Jordi Sevilla y poco más.

Más en twitter: @javierfumero

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