Javier Fumero

Rajoy no entiende tu estado de ánimo

Se ha repetido hasta la saciedad que el éxito de Podemos se debe a la televisión. En la pequeña pantalla encontraron el impulso necesario para llegar a toda la sociedad y conquistar nuestro corazón. Encuentro importantes lagunas a este razonamiento. La cosa no va por ahí.

Creo que la gente no es tan fácilmente manipulable como insinúa esta tesis. Si fuera así, Antonio Miguel Carmona sería hoy alcalde de Madrid; Eduardo Inda, director de El Mundo; y Belén Esteban, diputada del Parlamento Europeo. Todos ellos han disfrutado de una gran presencia mediática y han logrado hasta cierta notoriedad. Pero la cosa no ha pasado a mayores.

Yo creo que lo de Pablo Iglesias y Albert Rivera tiene que ver más bien con el estado de ánimo. Podemos y Ciudadanos han logrado sintonizar con las principales demandas de los españoles. Y Rajoy, no.

El presidente del Gobierno lleva años demostrando una gran insensibilidad hacia la opinión pública. No le parece relevante lo que piense la gente. Él considera que le eligieron para salvar al país de la quiebra y el resto es espuma, brillantina, artículos opcionales. Nada esencial.

Sin embargo, ¿qué piden hoy los electores a los políticos? No es tan difícil entenderlo: además de capacidad de gestión, eficiencia, solidaridad y ahorro, los ciudadanos están pidiendo a gritos más humildad y espíritu de servicio, especial ejemplaridad y honradez, más cercanía, modos nuevos y máxima transparencia. Creo que aquí está todo.

Ahora, hagamos la prueba del algodón. Rajoy no parece humilde, te trata con condescendencia: él cree saber lo que realmente necesitas y lo que no; por eso, aunque reclames otra cosa, no te lo da.

La honradez del Partido Popular está cuestionadísima. Sin embargo, España todavía está esperando una admisión de culpa por parte de su líder por aquellos de su partido que han metido la mano en la caja: en vez de hacerlo… ¡omite utilizar sus nombres para no mancharse! ¿Qué es esto?

De cercanía y transparencia mejor no hablarle al presidente que pasará a la historia por el uso y abuso del plasma como medio para dirigirse a los españoles. Por no hablar de aquella espantada (media vuelta, ar) en pleno pasillo del Congreso de los Diputados al toparse a un grupo de periodistas que le esperaban.

Que han faltado modos nuevos en el PP lo confirman los nombramientos de la pasada semana. Después de cuatro años, se nombran portavoces jóvenes y frescos para lidiar los meses que quedan hasta las generales.

 

Todo esto demuestra, a mi modo de entender, lo que decía. Rajoy no ha entendido el estado de ánimo de los españoles. Y eso es bastante grave para un líder político.

Más en twitter: @javierfumero

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