Rajoy se va a salvar
Llevo varios años acudiendo a esta cita con los lectores dos o tres veces por semana. Y he dedicado algún tiempo a analizar, atendiendo a las noticias confidenciales que nos llegan desde Moncloa, la trayectoria de Mariano Rajoy.
Y he aludido no una sino muchas veces a los graves errores cometidos por el presidente y sus asesores. Desde su llegada al poder, a finales de 2011, el Gobierno ha tomado decisiones acertadas y convenientes. Pero también ha actuado de forma desacertada en un sinfín de ocasiones.
El Ejecutivo de Rajoy ha cometido fallos clamorosos: empezando por la comunicación, pasando por las soluciones adoptadas para contrarrestar la crisis económica y terminando en el callejón sin salida de varios frentes abiertos quizás en un momento poco adecuado.
El Ejecutivo no sólo ha renegado de compromisos electorales pactados con los ciudadanos en las urnas sino que ha caído en contradicciones y cometido errores de principiante.
Sin embargo, han pasado seis años y Rajoy sigue ahí, instalado en La Moncloa. Nadie le puede negar una gran capacidad para la supervivencia. Le han estallado abundantes escándalos de corrupción (papeles de Bárcenas y contabilidad B del PP, casos Gürtel, Púnica y Lezo), delicadas crisis sanitarias, ha capitaneado impopulares subidas de impuestos, impulsado ayudas a la banca, acometido polémicas regularizaciones fiscales, ha perdido capacidad de influencia en Europa, ha tenido afrontar un desafío independentista en Cataluña que casi parte España…
Pero Rajoy sigue ahí, con opciones. Nadie se atreve a darlo por muerto. Ni siquiera en su propio partido. Quizás por eso nadie chista en la ejecutivas internas: no hay la menor posibilidad de sacar nada útil de un reproche que, sin embargo, te puede dejar marcado y condicionar tu futuro político.
De ahí mi tesis de que Rajoy se va a salvar. Va a salir incólume del ascenso de Ciudadanos, de los juicios pendientes sobre corrupción, del pulso con los catalanes… de todo.
Rajoy es como los gatos: parece tener una innata capacidad para caer de pie.
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