Urdangarín está muy desmejorado

Me ha llamado la atención el rostro de Iñaki Urdangarín a su llegada al Hospital Quirón San José donde se encuentra ingresado el Rey por una operación de cadera. Es la imagen de una persona golpeada, abatida y derrotada.

Es paradójico porque el marido de la infanta Cristina debía estar bastante feliz, encantado por haber sido invitado a visitar al Rey.

Se ha tratado de un gesto afectuoso que lo saca del ostracismo y que supone, en cierta medida, un ‘abrazo’ de la Familia Real que se ha dejado ver junto a él... hasta cierto punto.

Porque hay que decir que los pasos están medidos. Al milímetro. En ningún momento se pudo ver a los Príncipes de Asturias a su lado. Entraron al centro médico por separado y abandonaron el recinto cada uno por su cuenta. Sin contacto.

Pero pudo acudir al hospital y eso es lo importante.

A pesar de todo, como digo, llamó la atención el aspecto de Urdangarín: era el de una persona agobiada y sobrepasada.

Atrás queda aquel atleta sano, que se entrenaba con regularidad, que vivía una vida excelente, sin agobios, ni preocupaciones.

Se dice que Iñaki ha quedado muy tocado anímicamente. Si es así, lo siento por él. No me parece nada bien lo que hizo (si se demuestra finalmente su culpabilidad) pero no le deseo ningún mal a nadie.

Por eso me parece una tremenda aberración escuchar estos días a algunos tertulianos declarar su satisfacción por ver a Iñaki Urdangarín con este aspecto: cabizbajo y sufriente. “Se lo tiene muy bien empleado”. Madre mía.

 

Deberíamos hacérnoslo mirar, ¿no les parece?

Más en twitter: @javierfumero

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