¿Por qué no nos ahorramos la campaña electoral?
Quedan dos días para que comience la campaña electoral. Y yo me pregunto: ¿por qué no nos la ahorramos?
Entiendo que existe el riesgo es caer en el abuso de países como Kazajstán, donde el líder nacional ha propuesto suprimir, directamente, las elecciones generales. Su argumento: siempre sale elegido él por el 95% de los votos. Lo que no cuenta es que tiene al país sujeto con mano de hierro, a la clase política controlada por la corrupción generalizada que permite hasta que quiere destruir a alguien y a la oposición sometida desde hace años.
Aún a así, insisto. Este año en España podríamos ahorrarnos la propaganda. Me parece un gasto inútil. Por varios motivos.
En primer lugar, parece hasta obsceno lanzarnos ahora a este despliegue festivo con la crisis tan brutal que padece España y sus habitantes. No estamos para banderolas, pins o lemas de marketing. Todos los esfuerzos se deben centrar en poner remedio a la sangría e intentar aliviar el sufrimiento de los ciudadanos.
Por otro lado, los candidatos que presentan los dos grandes partidos son bien conocidos por todos. Llevan muchos años en esto. Sabemos a qué atenernos, con uno y con otro.
Además, los españoles parecen haber decidido su voto hace mucho tiempo. Los sondeos apenas muestran variaciones sustanciales desde hace meses. Y la unanimidad es significativa: sucede con los estudios demoscópicos realizados por medios de distinta ideología.
En este sentido, resulta especialmente significativo lo que ha pasado tras el anuncio de "abandono definitivo" de la violencia por parte de la banda terrorista ETA. Parecía una ocasión propicia para que el PSOE recuperara algo de aliento... pero no ha sido así.
Por todo ello, pregunto: ¿por qué no nos ahorramos la campaña electoral?
