El amargo lamento de Rubalcaba: malditas Primarias
Me cuentan que Alfredo Pérez Rubalcaba está bastante enfadado... consigo mismo. Está muy arrepentido de aquel Congreso Federal de Sevilla, hace ya dos años, en el que se comprometió públicamente a promover Primarias abiertas en el PSOE para elegir al candidato del partido a las próximas elecciones generales.
En aquella cumbre tuvo que realizar esta concesión para ganar, por 22 votos, la secretaría general del PSOE a Carme Chacón. La aspirante presentó esa moción y él tuvo que seguir su estela, para evitar perder si quiera un puñado de apoyos internos.
Ahora, no puede dar marcha atrás.
“En buena hora prometí aquello”, se le ha escuchado decir en su entorno en los últimos meses. Rubalcaba sostiene que no es justo tener que convocarlas. Ha recompuesto el partido –explica-, se ha ‘comido’ lo peor de la travesía del desierto y considera que, por ello, tiene todo el derecho del mundo a presentarse como la alternativa a Mariano Rajoy.
En este sentido, mantiene unos argumentos que ya he citado en alguna otra ocasión:
-- Estoy más capacitado –advierte- que Rajoy para dirigir el país. Tengo mejores dotes, mejor preparación, más lucidez y talento. Yo puedo dirigir España. Inaugurar una nueva época de gobierno socialista que dure muchos años.
-- Es cierto que he salido derrotado de las urnas el 20-N, pero Rajoy perdió dos veces y eso no fue obstáculo para que siguiera. No se marchó y su partido lo toleró. Se consideró legitimado para aguantar, resistir y terminar madurando su victoria.
-- Debemos mirar con un poco de perspectiva. La situación del PP en el Gobierno va a ser insostenible en un año. Rajoy va a tener que lidiar con una situación económica que no va a repercutir en los ciudadanos tan pronto como él espera. Los recortes están haciendo sufrir a la gente. No se descarta una sucesión de protestas sociales. Tiempo al tiempo. La crisis nos puede ayudar.
-- No hablo de intangibles sino de hechos: los españoles están cabreados con el gobierno de los recortes y los impuestos. Si estoy ahí, si el PSOE no se descompone ahora demasiado y logra estar al quite, puedo ver concluido mi calvario antes de tiempo. En cualquier caso, en 2015 podemos estar de nuevo en La Moncloa.
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