Ni blancos, ni negros

Tengo un amigo que sabe mucho de televisión. Lleva años dedicado a esa cuestión y además, se explica muy bien. El otro día le pregunté el motivo del escaso nivel –salvo contadísimas excepciones- del cine y la ficción nacional y del extraordinario empaque de las producciones norteamericanas o británicas.

Me adelantó que la pregunta exigía matizar. Me habló ante todo de dinero, de inversión, de esfuerzo financiero. De una industria todopoderosa compitiendo con una estructura en desarrollo. Pero llegado un punto, tocó un tema muy interesante: la elaboración de los guiones.

Me vino a decir lo siguiente:

-- Las grandes series anglosajonas tienen detrás un trabajo descomunal de guión. No se refirió sólo a las tramas, que las hay mejores o peores. Sino al perfil de los personajes.

-- En España (con el riesgo que tiene generalizar y lo injusto que es) nos falta cultura, nos falta leer, conocer mejor al ser humano, profundizar en el por qué de las cosas, en la complejidad de las personas. Y eso se refleja en series y películas.

-- Me habló de Tony Soprano (Los Soprano), de Jimmy McNulty (The Wire),  de Carrie Mathison y Nicholas Brody (Homeland), de Francis y Claire Undergood (House of Cards), de Walter White (Breaking Bad), de la familia de Lord Grantham (Downton Abbey), de Donald Draper y Peggy Olson (Mad Men)… Todos, personajes con una carga de profundidad que apenas se entrevé en la ficción española.

-- Quizás –aventuró- es que en España somos más de blancos y negros. De pocos matices, del trazo grueso y simplista. “Este es así... y ya está”. Se etiqueta, cuatro estereotipos, carretera y manta. Todo muy tosco y muy romo. Más brocha que pincel.

-- Los guiones norteamericanos y británicos están protagonizados en su mayoría –ojo, allí también producen basura-por personajes ricos y complejos. Potentes, muy bien cincelados, nunca lineales. ¡Como en la vida real! Donde generalmente no hay personas absolutamente malas ni completamente buenas. Eso dota a los libretos de series y películas de una fuerza tremenda.

-- Estoy seguro, remató, que cualquier guionista de las series citadas más arriba se ha empapado de las obras completas de Shakespeare. ¿Sucede lo mismo en España?

 

Insisto: en la charla abordamos varias cuestiones, no una sola. Pero recojo aquí un extracto del aspecto que más me llamó la atención.

Más en twitter: @javierfumero

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