Por qué están tan callados los independentistas
Ssshhh. Silencio. De la furia independentista catalana que, hasta hace unas semanas, copaba portadas, telediarios, ruedas de prensa y debates no hay ni rastro. Calma chicha, que dicen los marineros al asistir a una jornada embarcados sin un mínimo soplo de viento.
Hace unos días, hablé con una de mis ‘gargantas profundas’, una fuente informativa que habitualmente me filtra cosas interesantes. Tras abordar diversas cuestiones, le pregunté por Pedro Sánchez. Me advirtió que sobre ese asunto en aquel momento no disponía de información exclusiva. Pero me apuntó dos claves interesantes:
a) Por lo que a mí me consta, Pedro Sánchez está dispuesto a pactar con el diablo si hace falta con tal de ser presidente del Gobierno. No tengas la menor duda. Dará todo a quien se lo pida: una ley antidesahucios, la derogación de la reforma electoral y de la ley mordaza, medidas contra las puertas giratorias… Lo que sea.
¿Por qué? Porque quiere ser presidente del Gobierno a cualquier precio. Aunque sea un año. Eso queda para toda la vida, dice. Y es ahora o nunca. Especialmente en su caso.
Me consta que no tiene nada cerrado todavía, pero estas semanas se ha dedicado a crear el clima propicio para que en el Comité Federal del sábado 30, el PSOE no pueda decirle que no lo intente. Entonces, se lanzará a muerte. ¿Qué el gobierno será inestable? Suficiente para llegar a La Moncloa. Es su momento.
b) Y fíjate en un detalle muy interesante: el silencio de los chicos de Esquerra, la CUP y Junts pel Sí. ¿Dónde se han metido? ¿Por qué están tan callados? No es casualidad. Adoptan en estos momentos un perfil moderado, optan por no hacer ruido, para facilitarle las cosas a Pedro Sánchez.
Oriol Junqueras le va a pedir al PSOE hasta la camisa si facilita su investidura. Pero todo pasa por ser discretos ahora. Que nadie se fije en ellos. No dar motivos para la preocupación, para el alarmismo. Eso no toca. No hay que ponerle más difíciles las cosas a Pedro Sánchez, explican.
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