Javier Fumero

La clave son los abstencionistas

Llegamos al ecuador de la campaña electoral catalana y las encuestas confirman un elemento decisivo que destaca sobre el resto: la participación. El porcentaje de abstención será clave para el diseño del futuro gobierno de Cataluña.

Todo parece indicar que muy pocos votantes van a cambiar su voto de la franja independentista a la constitucionalista. Y viceversa. Se podrán mover dentro de cada bando pero muy pocos cruzarán la frontera.

De ahí que se siga con mucha atención la movilización que logra cada bloque. Si los votantes a favor de la independencia acuden mayoritariamente a las urnas y los contrarios se quedan en casa en un porcentaje significativo, los primeros podrán volver a formar gobierno en solitario.

También sucedería al revés. Pero como parece confirmada, una vez más, la movilización masiva de los partidarios de la separación de España, el futuro lo deciden los potenciales abstencionistas favorables a la unidad del país.

Son unos comicios con una tremenda polarización.

Es curioso: referéndum ilegal del 1-O, cargas policiales, declaración unilateral de independencia, aplicación del 155 y convocatoria sorpresa de elecciones autonómicas, exilio de Puigdemont a Bruselas, cárcel para medio Govern… En dos meses y medio han pasado muchas cosas en Cataluña y, sin embargo, nada ha convencido a los partidarios de una causa para cambiar de bando.

La clave, por tanto, estará en la abstención. En las anteriores elecciones, de 2015, un 23% de los catalanes no acudió a votar. De ese grupo, un 4% del censo aseguraba hace una semana en una encuesta de Metroscopia para El País que votaría independentista y otro 5% que lo haría por el PP, Ciudadanos o PSC.

¿Qué va a pasar? Es muy difícil saberlo. Porque, como recuerdan los expertos, los abstencionistas son imprevisibles. Muy pocos lo son por convencimiento. Finalmente no van y ya está. ¿Cómo se mide eso?

Sin embargo, la última encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sugería que esta vez el electorado constitucionalista se ha movilizado. Al menos, bastante más que en anteriores citas con las urnas. En 2015, el 14% de los votantes de Ciudadanos no estaba seguro de ir a votar. Los dubitativos del PP eran un 25% y los del PSC, un 35%. En frente estaba el 90% de votantes del JxSi y la CUP que –decían- iban a votar seguro.

 

Ahora esos porcentajes se han igualado. Interesante.

Más en twitter: @javierfumero

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