Que les den a los hombres de Adelson
Hoy me van a permitir un desahogo: que les den dos duros a los hombres de Adelson.
Cada día que pasa me convence menos este culebrón en el que se ha convertido el proyecto para levantar en España un romántico rinconcito dedicado al juego, las apuestas, los casinos y las ruletas rusas.
Sheldon Adelson (y sus hombres) transmiten muy malas vibraciones. Por no hablar de ese gran síntoma de debilidad que en cualquier negociación supone mendigar.
Esta vez ha venido a España el director general de Las Vegas Sands, Michael Leven. Ha visitado Barcelona y Madrid, junto a doce miembros del consejo de la compañía de macrocasinos. Y básicamente ha anunciado lo siguiente:
-- Que exigen un cambio en la legislación local para beneficiar a sus empresas. En caso contrario, se van por dónde ha venido. Beneficios en la tributación, espacios habilitados especialmente para fumadores, un plan urbanístico singular...
-- Que no van a correr riesgos: el objetivo de la empresa es lograr un 20% del retorno de su inversión. Para la primera fase van a aportar tan sólo el 35% del capital: las restantes dos terceras partes deberán provenir de los bancos.
-- Que se van a tomar más tiempo antes de decidir la ubicación definitiva. Será en septiembre cuando elijan: mientras tanto, Madrid y Barcelona van a seguir compitiendo por mejorar sus condiciones.
Como digo, no me gusta nada el cariz que está tomando esta pugna. Fíjense, sin ir más lejos, en la descripción que ha hecho el último hombre de Adelson en España de los negociadores autonómicos:
-- Se han mostrado “colaboradores, competitivos, agresivos e incansables”.
O sea, un chollo para cualquier negociante. Sólo le faltó decir “aduladores complacientes”. Para echarse a temblar.
El espectáculo que estamos dando comienza a ser lamentable.
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