Javier Fumero

La hora de las escenificaciones

No es por apuntarme un tanto sino por explicar de qué estamos hablando: el pasado mes de junio dejé claro mi convencimiento de que no habría terceras elecciones. Sólo hacía falta esperar a ver cómo lo iban a resolver nuestros políticos.

¿Qué se ha visto hasta ahora?

-- Que Rajoy se ha empleado a fondo pero a su manera: sin grandes aspavientos, con mucha discreción, astucia para cocinar en su propia salsa por dos veces al secretario general del PSOE y demostrando que es uno de los más hábiles en esto. Lo fue tras el 20-D y lo ha vuelto a hacer ahora.

-- Que Albert Rivera parece llamado a jugar un papel importante en la vida política española si el PP no se pone las pilas. Pero también, que se arriesga a ser devorado por la derecha. Parte de sus votantes pueden sentir frustración por permitir, al final, lo que ellos querían evitar: más Rajoy.

-- Que Pedro Sánchez ha quedado en fuera de juego por dos veces: tras su papelón en la gestión del 20-D y tras su obcecación las semanas posteriores al 26-J. No parece a la altura de las circunstancias.

-- Y que Unidos Podemos se juega estos meses su propia pervivencia política tras perder una oportunidad que difícilmente se le volverá a presentar.

Dicho esto, lo que está pasando estas semanas tiene un nombre: escenificación.

Los partidos están ejecutando ahora una representación. Se trata de construir un relato para explicar muchas cosas. Deben aclarar ahora por qué cambian de postura, por qué admiten lo que anteayer les parecía inadmisible, por qué redefinen sus posturas. A su electorado, fundamentalmente, y ante la opinión pública española en general.

Hay que explicar a la gente este repentino noviazgo, que ha surgido aparentemente de la nada entre dos prometidos que parecían irreconciliables.

 

El fenómeno de Pablo Iglesias y compañía demostró lo importante que son hoy en día los gestos. Son fundamentales. No sólo hay que acertar con las decisiones –esto es lo primordial, evidentemente- sino también contarlas de la mejor manera. ‘Venderlas’, como se dice coloquialmente.

Gestos, guiños, golpes de efecto, un discurso elaborado… los partidos se la juegan también en las escenificaciones, como digo, en esos recursos dramáticos imprescindibles en cualquier negociación. Alguien podría pensar que esto no es muy importante pero a los hechos me remito.

Cuando el señor Iglesias fichó al ex JEMAD lanzó un mensaje. Y así con todo: el bebé de Bescansa en el Congreso, el catalogo programático de IKEA, las rastas en sede Parlamentaria, el pack de Juego de Tronos para el Rey, el beso con Doménech, el esmoquin y la pajarita para acudir a los Goya, las lágrimas en las escalinatas del Congreso, sus arrumacos con Zapatero

Es la hora de las escenificaciones. Tengan paciencia.

Más en twitter: @javierfumero

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