Javier Fumero

Los otros insolidarios

La crisis de refugiados está sirviendo para retratarnos a todos, para medir el verdadero compromiso de los países con quienes sufren y están más necesitados.

Ante la situación de emergencia provocada por estos 120.000 desplazados llegados a Hungría, Grecia e Italia se han producido reacciones muy distintas y los ministros de Interior de la Unión Europea no han logrado este lunes ponerse de acuerdo sobre el reparto. Esta es la foto de cómo se han comportado los principales actores:

--  República Checa, Eslovaquia, Polonia, Hungría y Letonia no han querido saber nada de recibir a desplazados y de correr con sus gastos.

-- Gran Bretaña y Dinamarca han rehusado desde el principio participar en cualquier reparto. No están obligados a hacerlo. Pero además, siempre han dejado claro que no van a aceptar nada sobre esta cuestión.

-- Francia, España, Suecia y Holanda están abiertos a cumplir con la cuota que les corresponda y de forma significativa. España empezó hablando de una cuota muy restrictiva pero la foto de Aylan despejó cualquier duda: debíamos ser generosos o la ciudadanía sería implacable.

-- Pero ha sido Alemania la que ha llamado la atención por su derroche. Este país debe combatir la imagen de intransigencia, dureza e insolidaridad que se ha creado durante la crisis griega con una gran apertura a la acogida de perseguidos. Está dispuesto a superar los 30.000 asilados y a sufragar su coste.

Hay que recordar que la ley alemana de prestaciones para solicitantes de asilo prevé ayudas de hasta 352 euros, en especie (comida, ropa, alojamiento, productos de higiene, educación, FP, medicinas…) y en metálico. Además, las familias ingresan 210 euros por cada hijo menor de 6 años; 242 por los de 6 a 14 años y 274 por los de 15 a 18.

Suecia, otro país generoso con los refugiados, proporciona alojamiento y unos 250 euros al mes en metálico para gastos por cada adulto y algo menos por cada niño. En España pueden permanecer durante seis meses en un centro para refugiados, con una asignación de 50 euros al mes como dinero de bolsillo. A partir de ahí, que cada cual se apañe.

Pero me quiero referir ahora a otro grupo de países que ha decidido mirar para otro lado, pese a que el problema les toca muy de cerca. Me refiero a las monarquías del Golfo Pérsico, ese grupo de estados multimillonarios, que comparten lengua y religión con la mayoría de los que huyen de la guerra en Siria.

 

Ni Qatar, ni Arabia Saudí, ni Kuwait, ni Bahréin, ni Emiratos, ni Omán han aceptado recibir a un solo refugiado. Ellos explican que donan grandes cantidades de dinero a ACNUR y que pagan a plataformas humanitarias precisamente para evitar la entrada de alguno de los cuatro millones de sirios que se encuentran malviviendo en Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto.

Me parece tremendo. Y creo que debe saberse.

Más en twitter: @javierfumero

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