El inspector llama a tu puerta

No soy un usuario, ni siquiera ocasional, de cosméticos para el cuidado de la piel. Pero recuerdo muy bien aquellos anuncios televisivos durante mi infancia con un pegadizo eslogan que decía: “Avon llama a tu puerta”.

La compañía de belleza enviaba por entonces (desconozco si lo sigue haciendo) a una señora que presentaba, casa por casa, los productos. Acudía con una maleta, se situaba en el salón comedor a ser posible, y realizaba ante las invitadas una demostración de los tubos de cremas y perfumes.

Bien. Ahora esto ha cambiado. Ahora hay más probabilidades de que quien llame a tu puerta sea un inspector del Ministerio de Hacienda o de Empleo y Seguridad Social.

Es impresionante el despliegue que están realizando Cristóbal Montoro y Fátima Báñez para reducir el fraude. Es una guerra a muerte, un acoso total: por tierra, mar y aire.

Les recuerdo algunas intervenciones concretas que se están produciendo estos días. Han sido confirmadas a esta web por inspectores en activo, que se ocupan estos meses de esos registros:

-- Los inspectores están identificando viviendas de particulares que han sido alquiladas a turistas, sin la pertinente declaración a Hacienda. El Gobierno ha identificado ya 200.000 pisos que se arriendan en el mercado negro a bajo precio: está prohibido hacerlo por menos de un mes.

-- Trabajo está visitando domicilios de toda España a la caza de empleadas del hogar contratadas de forma irregular. Los inspectores llaman a las casas por sorpresa para interrogar a los asistentes; después citan por carta a los propietarios para investigar si les pagan en dinero negro.

-- Hacienda está destapando casos de economía sumergida entre pymes y autónomos ubicados también en viviendas. Ha pedido a las grandes compañías eléctricas del país las facturas de luz de locales y pisos que, supuestamente, están vacíos. Si detectan consumos eléctricos donde no hay actividad declarada se presentan, levantan acta y denuncian.

-- Otro caso. Los técnicos de la Agencia Tributaria han puesto ahora en su punto de mira las casas rurales. Si usted tiene una, atención. Llamarán a su puerta porque van buscando, a través de inspecciones sorpresa, si usted está cotizando por esa actividad lucrativa, si tiene libro de entradas y salidas en orden, registro de facturas emitidas, etc, etc...

 

Y así, sucesivamente.

Que conste que la lucha contra el fraude me parece muy bien. Nadie debe enriquecerse de forma ilícita, porque es una forma de robarnos un poco a todos los cotizantes de bien.

Pero con la que está cayendo, con la asfixia económica tan grande que existe en algunas casas, esta persecución opresiva resulta hasta impertinente.

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