Javier Fumero

La izquierda es incongruente (otra vez) con su NO a la guerra

El PSOE convirtió en una cruzada la intervención de España en la guerra de Irak y le hizo pagar muy caro a José María Aznar la famoso foto de las Azores. Y me pareció muy bien. Pero unos años después el PSOE llegó al Gobierno.

Estalló el polvorín de Libia, con un pueblo levantado en armas contra Gadafi que osó desafiar al mundo entero y declaró una guerra total. Zapatero gobernaba y sudó tinta para explicarle a los españoles que mambrú volvía a la guerra y esta vez, legitimada porque los socialistas lo decían.

He tirado de hemeroteca y este fue el argumentario que utilizaron los socialistas:

-- En Irak se inició una guerra. Libia era un conflicto bélico que ya estaba en marcha. Gadafi estaba masacrando con la aviación a su pueblo y se intervenía para pacificar el territorio.

-- La comunidad internacional acudía a proteger un bando que defendía los derechos humanos, la libertad, la justicia social, la democracia… En Irak no estaba tan claro a quién se defendía.

-- En Libia se actuaba bajo el amparo de una resolución de la ONU. En Irak no hubo tal. Sólo a posteriori se expresó Naciones Unidas.

-- Los españoles estaban mayoritariamente en contra de la guerra de Irak. En el caso de Libia, las encuestas recogían el parecer favorable de los ciudadanos a una intervención militar para pacificar el país.

Aquello no tenía un pase. Era un puro y simple juego de manos para engañar al personal. Porque se les podía rebatir fácilmente. En la guerra de Irak, España no intervino con aviones, carros de combate o buques. Aprobó la acción militar pero participó únicamente con un buque hospital y una fragata en ayuda humanitaria. En el caso de Libio hubo aviones, submarinos y naves implicadas. Por ejemplo.

Se decidió intervenir en Libia para poner fin al oprobio de un dictador. Está bien. Pero ¿se hará lo mismo en Bahrein, Argelia, Yemen o en nuestro país vecino, Marruecos. ¿Por qué no?

 

Después llegó el asunto de Mali y Rubalcaba comenzó a realizar gestiones parlamentarias por los pasillos del Congreso para convencer a sus señorías de que España debía estar, sí o sí, en aquel conflicto junto al también socialista François Hollande. Se contó aquí con todo detalle. Los socialistas volvían a la guerra, sin rubor.

Ahora, comienza a gestarse un movimiento de oposición a una intervención de España en cualquier despliegue militar de apoyo a Francia y contra el Estado Islámico. La número dos de Pedro Sánchez, Meritxell Batet ha llegado a decir esta semana que “el No a la Guerra simbólico continúa formando parte de lo que defendemos”. Claro. Salvo que estén en La Moncloa.

Me llama la atención la desfachatez que demuestran algunos para quitarse o ponerse el traje de pacifista según les convenga.

Más en twitter: @javierfumero

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