El juez del caso Urdangarín ha quedado estigmatizado

Menudo patinazo el que acaba de dar el juez Castro, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca que se ocupa del caso Noos. Si alguien empezaba a dudar de su sensatez, tras el surrealista interrogatorio al que sometió al Duque de Palma, ahora nos sale con esto del estigma.

El auto dictado este lunes desestima citar como imputada a la Infanta Cristina en el ‘caso Urdangarin’, tal y como se había solicitado, al considerar que “no existen indicios” de que “conociese la conducta supuestamente ilícita de su marido”. Hasta aquí todo bien. Lo grueso viene a continuación.

El juez Castro asegura que imputar a la Infanta Cristina y citarla a declarar “carecería de sentido y sólo conduciría a estigmatizar gratuitamente a una persona lo que no es de recibo”.

Pero ¿esto qué es? Parece difícil ser más torpe en la utilización de un razonamiento.

Para empezar estigmatizar significa, según la Real Academia de la Lengua Española, afrentar, infamar. Siguiendo esta regla de tres, no se debería citar a nadie como imputado. Digo yo. Por no quitarle la fama o la honra a nadie.

Pero es que, además, siguiendo al juez Castro alguien podría pensar que, en el fondo, no imputa a la Infanta Cristina no porque no haya indicios, sino para evitar dañar su imagen. Flaco favor.

Como decía ayer un comentarista en twitter, “por no estigmatizar a la infanta Cristina el juez Castro ha estigmatizado a la Justicia”.

Qué país.

Más en twitter: @javierfumero

 
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