Las mejores vacaciones de Rajoy

Mariano Rajoy acaba de comenzar sus vacaciones. Y lo ha hecho con alivio y satisfacción. Como se ha publicado en estas páginas, el presidente del Gobierno comentaba, días atrás, con personas de su entorno: “Por fin voy a pasar unas vacaciones tranquilas”.

Aludía a los dos infernales meses de agosto que le han tocado vivir desde que llegó a la Moncloa: en el primero se disparó la prima de riesgo y España estuvo al borde del colapso; el segundo fue el verano de Bárcenas, con comparecencia extraordinaria en el Senado incluida.

Según comentan quienes le conocen, Rajoy se marcha este año a Ribadumia y Doñana tranquilo, optimista y esperanzado. Por varios motivos.

-- Considera en primer lugar que la economía española consolida la tendencia positiva que inauguró hace unos meses. Es consciente de que la mayoría de los ciudadanos aún no perciben esta mejora. Pero las cosas –entiende el presidente- empezarán a cambiar (los datos del paro conocidos ayer son un ejemplo de la nueva dinámica).

-- Cataluña es menos problema ahora que hace sólo unos meses. El caso Pujol ha sido un bálsamo extraordinario contra la furia independentista. Ha permitido, por lo pronto, entablar una negociación que parecía imposible. Se está avanzando en la dirección adecuada y hay espacio para una salida razonable.

-- El PSOE está en estos momentos fuera de juego. No hay oposición. A Pedro Sánchez le queda aún un duro y largo camino por recorrer hasta lograr consolidarse como una alternativa creíble antes los españoles (el CIS acaba de confirmar este análisis, explica).

Estas tres circunstancias permiten pensar a Rajoy que se dispone a disfrutar de las mejores vacaciones desde que llegó a La Moncloa.

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