Sin noticia de manifas ante las sedes del PSOE

Hay cosas que no cuadran. Algunos políticos del PP han demostrado ser unos sinvergüenzas. Lo mismo sucede con algunos dirigentes del PSOE. Sin embargo, mientras se siguen registrando barbacoas para quemar chorizos ante la calle Génova (PP), no hay ni rastro  de manifestación ‘espontánea’ ante las sedes socialistas.

Es extraño.

Porque insisto: la corrupción no es exclusiva de una casta. Miembros de los dos partidos han aprovechado el puesto para lucrarse, han favorecido a amigos, han robado de la caja y han abusado de la confianza depositada en ellos.

En estos momentos, el PP lidia con el caso Bárcenas. Asunto feo, turbio y vergonzoso. Pero el PSOE se las tiene que ver con los ERE de Andalucía. Otro temita sonrojante y sucio, que se va a llevar por delante a don José Antonio Griñán.

Y porque Rubalcaba y Rajoy han pactado por lo bajini no tocar a Magdalena Álvarez, plácidamente instalada en el Banco Europeo de Inversiones, a pesar de su imputación. Ahí es nada.

¿Por qué nadie protesta contra los socialistas? Quizás se demuestra aquella tesis que escuché hace tiempo y que decía lo siguiente:

-- La derecha siempre ha tenido dos señas de identidad que le han llevado a evitar el ruido y la calle. a) Es pacífica, amante del orden y poco amiga de las algaradas; b) también es timorata, conservadora: con miedo a los cambios radicales.

-- La izquierda, por el contrario, siempre ha sido reivindicativa, montaraz, revolucionaria. En su ADN siempre ha estado ese espíritu guerrero e insumiso que les lleva a la beligerancia.

Este tipo de planteamientos, que intenta encasillar a las personas, siempre me han parecido un poco simplistas, parciales, toscos. Y, por lo tanto, injustos.

 

Pero hay un dato que se podría esgrimir para confirmar su validez: el comportamiento interno de los dos principales partidos de este país. Son diametralmente opuestos.

En el PP apenas hay contestación interna. Se evita la confrontación, al menos públicamente, y se opta por la discreción. Hay tensiones, pulsos, tejemanejes… pero se cuidan mucho de guardar las formas.

En el PSOE siempre hay familias en guerra, disputas a cara de perro, revueltas y rebeliones contra su líder. Luchas intestinas que trascienden habitualmente a la opinión pública (les importa un pimiento) donde se reparten cuchilladas sin piedad.

¿Será verdad que a la derecha española le falta vigor?

Más en twitter: @javierfumero

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