Javier Fumero

No habrá pacto PSOE-Podemos

Venga, me voy a mojar. No habrá gobierno PSOE-Podemos. Ya está: lo he dicho. Ahora, intentaré explicar por qué lo pienso.

En primer lugar debo decir, aún a riesgo de parecer contradictorio, que el posible pacto de izquierdas sería viable atendiendo a lo sucedido en fechas recientes. Existen precedentes muy cercanos. De hecho, algunos barones regionales del PSOE le han transmitido a Pedro Sánchez que Podemos es flexible. Comienza pidiendo el oro y el moro pero acaba por ser razonable y negocia.

Un ejemplo claro es Valencia. Allí Mónica Oltra se sentó a negociar con los socialistas valencianos exigiendo, sin matices, la presidencia del gobierno autonómico para Compromis. Es decir, para ella misma. En caso contrario, decía, no había nada de qué hablar.

Ximo Puig no montó una escandalera sino que decidió sentarse a negociar. Fue madurando las cosas hasta terminar cerrando un pacto de gobierno por escrito que ha beneficiado a todos los interesados. La marca de Podemos en la comunidad valenciana terminó cediendo en muchos aspectos que parecían innegociables pero ha logrado la vicepresidencia.

Dicho esto, hay una diferencia sustancial entre este caso y la negociación por el Gobierno de España. Podemos no tenía entonces ninguna baza negociadora extra, ningún comodín sorpresa, y ahora sí.

Pablo Iglesias tiene un importante as en la manga: según todos los sondeos de opinión realizados tras el 20-D, unas nuevas elecciones generales convertirían a Podemos en la segunda fuerza política del país, superando al PSOE como principal partido de la izquierda y líder de la oposición.

Eso es lo que le permite ahora pedir la vicepresidencia, el control del Boletín Oficial del Estado, del Centro Nacional de Inteligencia, del Centro de Investigaciones Sociológicas y hasta un referéndum en Cataluña. Por eso no tienen ningún reparo en provocar desplantes que humillan a Pedro Sánchez.

Sólo si logran entrar en un gobierno de coalición junto al PSOE con estas condiciones –aparentemente inasumibles para nadie en su sano juicio, por muy desesperado que esté por su futuro- a Podemos le habrá merecido la pena no acudir a las urnas. Cualquier escenario distinto a este es peor que una nueva convocatoria electoral, que tampoco deja a Rajoy con muchas más bazas para gobernar.

Mientras tanto, Pablo Iglesias aprovecha de forma muy inteligente estas semanas de tanta visibilidad: es la mejor campaña pre-electoral que se recuerda. Nunca ha tenido tanta presencia en los medios como hombre de estado, parlamentario y demócrata. Explica su programa de gobierno a toda España, su idea de país.

 

Entiendo, por último, que no habrá pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias porque, visto que Podemos no va a ceder lo más mínimo en sus demandas, el PSOE se cerrará en banda contra ese hipotético acuerdo. Diga lo que diga Pedro Sánchez, los socialistas no permitirán que la Policía quede en manos de los antisistema; que Defensa pase a depender de los amigos de Venezuela, Siria, Rusia y Cuba; que la economía dependa de quienes quieren incumplir los compromisos de deuda adquiridos; y así sucesivamente.

Entiendo, por todo lo anterior, que vamos hacia unas nuevas elecciones.

Más en twitter: @javierfumero

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