Javier Fumero

El polígrafo de Esperanza Aguirre

-- “¿Has cobrado una comisión en B?”

-- En absoluto. Para nada. De hecho, no sé ni en qué consiste eso del “B”: ¿es una planta de garaje, el nombre de un bar...?

-- “¿Has tenido dinero en Suiza?”

-- Me ofende esa pregunta, señoría. Para tener dinero en Suiza primero hay que tenerlo. Y yo soy una humilde concejala sin ahorros, con una mano delante y otra detrás. Por cierto, no sé ni dónde está ese país. Eso sí: creo que nos ganaron en el Mundial de Sudáfrica, con un gol absurdo y de rebote...

Y así sucesivamente.

Admito que estoy perplejo. No entiendo cómo ha colado, sin apenas reproches, el paripé que ha montado Esperanza Aguirre en el PP de Madrid para evaluar la honradez de los aspirantes a los puestos de la ‘Operación Púnica’.

Menuda tomadura de pelo. Pero, ¿alguien en su sano juicio cree que preguntando al interesado en sede pública si tiene dinero en Suiza, si ha cobrado alguna comisión (o tiene intención de hacerlo), si es buena gente... vamos a garantizar que se trata realmente de un candidato pata negra?

Es tan surrealista, un recurso tan burdo, tan ‘reality show’, que –conociendo a Esperanza Aguirre- no me cuadra. Me faltan datos. Quizás da medida del grado de desesperación que existe en estos momentos en el Partido Popular. El futuro que perciben ante sus ojos no es negro, es negrísimo. Y el afán por limpiar la imagen de la clase política lleva a estos espectáculos bochornosos.

Una de las preguntas que se le formularon este miércoles a Mariola Vargas (cuarta teniente de alcalde de Collado Villalba y edil de Servicios Sociales) dio muestras de la mascarada en la que se convirtió aquel tribunal: “¿Cómo podemos estar convencidos de que nos ha dicho toda la verdad?”. Claro: ¿se lo juro por Snoopy? Madre mía.

 

El PP insiste en sus buenos deseos: “No es algo populista. Es una medida de transparencia”. Vamos, hombre. Al menos que no nos tomen por tontos.

Uno entiende que esa especie de ‘tercer grado’ al que sometieron en Bruselas a Miguel Arias Cañete nos dejó a todos impresionados. Eso sí fue un examen a fondo, con reprobación incluida como sucedió con varios potenciales comisarios. Pero esta bufonada ‘made in Spain’ es hasta un insulto a la inteligencia.

Para la próxima sesión, Esperanza Aguirre puede llevarse un polígrafo, caramba. Dejémonos de simulacros. Vayamos a degüello, fichemos a Jorge Javier Vázquez, grabémoslo en un plató y emitámoslo en ‘prime time’. Al menos, nos reiremos un rato.

Qué país.

Más en twitter: @javierfumero

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