El pucherazo indigno que pretende el PP
Llevo 24 horas esperando la aparición de pública de Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría o María Dolores de Cospedal por vía de urgencia desmintiendo que el Partido Popular vaya a promover en solitario la reforma de la ley electoral para imponer que el alcalde de cada municipio sea el de la lista más votada.
Estoy perplejo.
Porque se mire por donde se mire, sea justa o no esta propuesta, no parece muy higiénico abordar este debate en estos momentos. Quizás haya que discutir esta cuestión pero no ahora, cuando tu partido saldría obscenamente beneficiado de la medida. Alguno, sin ninguna malicia, podría deducir que este cambio no busca lo mejor para todos sino un lucro partidista. Y eso es intolerable. Aunque sólo haya una sutil sospecha.
Cuando el presidente autonómico José María Barreda lideró en 2007 su pucherazo electoral en Castilla La Mancha, muchos nos llevamos las manos a la cabeza. Decidió cambiar la ley sin el apoyo del principal partido de la oposición, de un modo artero y tramposo.
Aumentó de 47 a 49 el número de escaños en las Cortes regionales de modo que, a partir de las siguientes elecciones, Toledo pasó de once a doce diputados; Guadalajara, de siete a ocho; Cuenca mantuvo sus ocho escaños, Albacete se quedó con diez y Ciudad Real con once.
Curiosamente, todas pares... menos la última. La única provincia que elegía a un número impar de diputados –convirtiéndose así en una circunscripción clave a la hora de deshacer posibles empates- es donde vivía el propio Barreda: un tradicional feudo socialista.
El PSOE cometió esta tropelía... y perdió su mayoría en las siguientes elecciones. Y –lo que es peor- se quedó sin argumentos para criticar la reforma que impulsó hace unos meses María Dolores de Cospedal. Otro atropello. Ni me pareció razonable una, ni me ha parecido bien la segunda. Porque si se cambian las reglas de juego debe hacerse con el máximo consenso posible.
Lo mismo que es exigible ahora a nivel nacional para la elección de alcaldes en beneficio de la lista más votada. Insisto: no digo que no sea justo defender esta propuesta. Critico el momento y, sobre todo, la forma unilateral que se ha insinuado.
Por cierto. Si alguien ha lanzado esta especie a modo de globo sonda, debe saber que se trata de una broma de mal gusto. Así no se gobierna.
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