Qué raro interés por un asunto tan... religioso

No es una estrategia adoptada por El Confidencial Digital. Pero me consta que varias páginas webs españolas, con actualización informativa las 24 horas del día, poseen una herramienta con la que monitorizan al segundo la audiencia de sus noticias y el comportamiento de los lectores que navegan por el site.

De ese modo, comprobando qué contenidos está demandando la audiencia, enriquecen unas informaciones (añaden rápidamente vídeos, entrevistas, despieces) y dejan caer otras a páginas interiores. En esas redacciones se trabaja por tanto, teniendo muy en cuenta qué tirón tienen algunos temas y qué asuntos no interesan a los internautas. A base de simple y puro pragmatismo.

Digo esto porque ha sido asombroso comprobar la cobertura que ha dado estos días la prensa internacional en general, y la española en particular, a la elección de un nuevo Pontífice por parte de la Iglesia Católica.

Concretamente, me ha llamado la atención el amplio seguimiento otorgado por medios de comunicación que, tradicionalmente, se muestran bastante displicentes respecto a la religión. O la consideran un subproducto, o una cuestión muy poco relevante o, incluso, algo dañino que necesita ser extirpado de la vida de las personas.

Tan es así, que no es difícil encontrar habitualmente a esas empresas al frente de campañas que, de forma recurrente, exigen la supresión de los acuerdos con la Santa Sede o cualquier posibilidad de que los españoles destinen parte de sus impuestos a sostenerla.

Sin embargo, en días como estos que estamos viviendo, atendiendo quizás a esos datos de audiencia que pueden monitorizar a cada instante, se les ve realizar un despliegue absolutamente excepcional: corresponsales, enviados especiales, seguimientos en vivo, entrevistas a protagonistas, análisis, infográficos, grandes titulares, suplementos especiales...

En casos así se producen también algunas paradojas. Como esos periodistas que se ven abocados a informar de una realidad que no dominan. Conozco ejemplos muy loables de profesionales de la comunicación que han dedicado muchas horas de estas jornadas a documentarse para estar a la altura y no desentonar.

Pero insisto. Lo que más asombra es comprobar el amplio despliegue mediático ante un asunto tan... religioso. Parece que, contrariamente a lo que algunos piensan, a la gente sí que le interesa lo que pasa en Roma. Es algo que va con ellos.

Más en twitter: @javierfumero

 
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