Que los sindicatos se financien con su dinero

Los sindicatos jugaron un papel fundamental en España hace unos años. Defendieron de forma impagable a los asalariados y los más desfavorecidos de este país. Hicieron un buen trabajo.

Pero las cosas han cambiado. Ya no es así. Ahora el sindicalismo se ha politizado: son organizaciones partidistas, que no velan por el trabajador sino por sus prebendas y viven mucho del cuento.

Es una lástima porque al empresario no le viene mal contar enfrente con un ‘pepito grillo’ que le enmiende la plana si siente la tentación de volverse un tirano, como sucede en algunas sociedades capitalistas. Esa figura es hasta necesaria si hay sentido común y honradez.

Pero, como digo, no estamos hablando eso. Notas el hartazgo en la sociedad. Una indignación social que no es un hecho casual: se lo han ganado a pulso.

La crisis económica comenzó a generar paro y miseria en España a finales del año 2008. Hasta hace sólo unos meses, los sindicatos han estado callados: gobernaba el PSOE, que tan generosamente les estaba financiando, y no había nada que decir.

No defendieron a los que más sufrían, no movieron un dedo para torcerle el brazo a Zapatero o Rubalcaba y que instauraran, por ejemplo, la dación en pago o pusieran límite al sueldo de los financieros. Nada. Calma chicha. Era el momento de “la responsabilidad”.

Llevan años escondidos, pasteleando con el Gobierno socialista, ejerciendo sin rubor el seguidismo político, jugando a ‘niños responsables con sentido de Estado’… mientras el número de parados alcanzaba cotas inimaginables hace tan sólo cuatro años en nuestro país.

Mientras tanto, a vivir de las subvenciones públicas. Sin rubor. Partidas de subsidios destinadas a “actividades sindicales” por valor de muchos millones de euros. Han sido más de 200 millones en ayudas sólo en los tres últimos años, cuando los españoles padecían el rigor del paro, la falta de crédito y la losa del endeudamiento.

Dirigentes como Cándido Méndez o Ignacio Fernández Toxo, todos los liberados sindicales y esas grandes estructuras que manejan el tinglado se financian con el dinero de todos los españoles. También en este punto, noto que el hartazgo de la ciudadanía crece y crece.

 

Hay quien se atreve a pedir ya un cambio de modelo: poner fin a las ayudas públicas a sindicatos y que pasen a financiarse sólo con lo que recauden a través de sus afiliados. O incluyendo una casilla en la declaración de la Renta para la marque el que lo desee.

Nadie debe temer: si realmente representan a los trabajadores, habrá abundantes adhesiones de personas dispuestas a valorar su trabajo.

La cuestión (y ellos lo saben) es que, entonces, quizás se topen con la cruda realidad: en estos momentos, sólo se representan a ellos mismos. A ellos y a la clase política que lleva años subvencionando sus silencios con el dinero de todos los españoles y ahora los lanza contra el Gobierno de signo político contrario.

No con mi dinero.

Más en twitter: @javierfumero

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