Javier Fumero

El voto oculto

La semana de pasión que afrontan los partidos de la casta y esos asimilados que quieren llegar ahora al poder está provocando escenas de nervios y tensión. La culpa la tiene el voto oculto.

No hay tiempo para más: prohibido publicar encuestas. La ley electoral impide difundir sondeos en nuestro país una semana antes de los comicios. Y bastantes españoles respiramos aliviados, la verdad.

De un tiempo a esta parte no hay quien se aclare. La llegada de cada trabajo de campo ha arrojado más y más datos contradictorios. El precedente del Reino Unido tampoco ayuda. El líder conservador David Cameron estaba en empate técnico con los laboristas hasta que llegó el recuento… y obtuvo mayoría absoluta. Todo muy loco.

La culpa, insisto, es del voto oculto.

Resulta que los españoles no somos sinceros. No desvelamos nuestras verdaderas intenciones cuando nos preguntan qué vamos a votar. ¿Por qué? Los analistas hablan de varias posibles causas:

-- Nos da vergüenza admitir que vamos a votar por esto o por lo otro. Para evitar el rechazo social.

-- No tenemos decidido nuestro voto y salimos del paso con un lugar común.

-- Las irrupción de nuevas formaciones como Podemos y Ciudadanos lo distorsionan todo.

-- La volatilidad en la opinión de los electores nunca ha sido mayor. Se cambia de opinión cada semana. También porque hay más oferta que nunca y la distancia ideológica entre algunas formaciones es también más sutil que nunca.

Así que prepárense para el bombardeo. Se trata de movilizar todo lo que se mueva, con ocasión o sin ella. Ya queda menos.

 

Más en twitter: @javierfumero

Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato