Además pone la cama

El Gobierno –en sus relaciones con la ETA- pone la cama.

O al menos eso es lo que parece. Los desmentidos y las rotundidades de “es falso de toda falsedad”, cada vez son menos creíbles a la vista de lo que sucede. Porque la realidad desmiente a cada segundo los desmentidos.

El Gobierno se esfuerza por hacernos creer que se cumple la Ley de Partidos, pero nadie se lo cree. La realidad es demasiado diáfana. Es posible que el Gobierno no mienta cuando dice que las ilegalizaciones cumplen esa Ley. Pero nadie se lo cree. Es posible que el Gobierno no mienta cuando dice que las listas no han sido elegidas en función de unos posibles resultados electorales. Pero nadie se lo cree. Es posible que el Gobierno no mienta cuando dice que no ha habido negociaciones. Pero nadie se lo cree. Es posible que el Gobierno no mienta cuando dice que Navarra no entra en cuestión. Pero nadie se lo cree.

La realidad es terca y un día sí y otro también deja al Gobierno en evidencia. Es como si el único que estuviera dejándose la piel para que un hipotético proceso de paz en el País Vasco salga adelante fuera el Gobierno.

Parece –a lo mejor no es cierto- que el único que cede es el Gobierno. Parece que el único que da pasos de acercamiento –a lo mejor no es cierto- es el Gobierno. Parece que el único que está dispuesto a negociar sin condiciones- a lo mejor no es cierto- es el Gobierno.

Y además de todo eso, cada día, los etarras, los batasunos y sus portavoces dejan al Gobierno con las vergüenzas al aire. Un día serán las cartas de extorsión. Más adelante la kale borroka y, jornadas después, la petición clara y diáfana del voto para Acción Nacionalista Vasca.

Ahora el Fiscal General del Estado o el Juez correspondiente de la Audiencia Nacional retomarán el proceso y vuelta a empezar. Habrá que buscar pruebas, indagar sobre contactos y afinidades, investigar discursos y examinar los informes de la Policía y de la Guardia Civil, y mientras los terroristas están presentes en mítines y en todos los medios de comunicación haciendo propaganda y difundiendo sus ideas y sus exigencias a los cuatro vientos.

Nadie podrá encontrar en la historia de la ETA el menor paso atrás, la más mínima concesión o el menor indicio de blandura en sus exigencias.

El Gobierno si no lo hace lo parece. Y lo que parece es que negocia, que cede, que pacta, que consensúa listas, que admite exigencias.

 

Y además...pone la cama.

Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato