Los contactos se han intensificado tras la amenaza de declarar la independencia

El BCE presiona a los cinco grandes bancos para que reduzcan los riesgos en Cataluña

Mensaje a los consejeros delegados de BBVA, CaixaBank, Sabadell, Santander y Bankia instando a disminuir su exposición y la concesión de hipotecas y préstamos

Cajero automático en Cataluña.
Cajero automático en Cataluña.

El BCE se ha tomado muy en serio la amenaza de Carlos Puigdemont de declarar la independencia en el Parlament, después de que el Gobierno haya activado el artículo 155. El movimiento ha desencadenado llamadas urgentes de altos ejecutivos desde Frankfurt a los primeros espada de los cinco principales bancos que operan en Cataluña.

Según ha confirmado El Confidencial Digital por fuentes financieras de primer nivel, altos ejecutivos del Banco Central Europeo se han puesto en contacto con directivos de las principales entidades españolas, es decir, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Santander y Bankia.

Las llamadas telefónicas han tenido como destino, en concreto, los máximos responsables de la división financiera encargada en cada entidad de asumir la dirección y coordinación global con los supervisores y reguladores del banco y de sus distintas unidades.

Los interlocutores han confirmado que el motivo de estos contactos, de carácter urgente, ha sido la constatación de que Puigdemont está dispuesto a votar en el Parlament la declaración de independencia de Cataluña para iniciar la “desconexión” de España.

Fuerte presión para que abandonen Cataluña

Fuentes conocedoras de estas llamadas relatan a ECD que el mensaje transmitido por el BCE ha sido contundente. En tono y forma. En concreto, se ha propuesto hacer llegar la advertencia a los consejeros delegados de que deben tomarse en serio el escenario que se abre en Cataluña en las próximas semanas.

Les ha insistido esta vez, tras las advertencias públicas que ha realizado en otras situaciones de inestabilidad en Cataluña, en la consecuencia principal de continuar operando en la región si los partidos independentistas siguen adelante con el proceso.

Es un mensaje inequívoco: los bancos con actividad en Cataluña pueden quedar fuera de los mecanismos de distribución de billetes, se les agotará el efectivo y se verán abocados a declarar un corralito para evitar un colapso total del sistema financiero.

Además, Cataluña se vería obligada a emitir su propia moneda -“podríamos denominarla la peseta catalana”, llegó a afirmar la semana pasada el ministro De Guindos- que se devaluaría instantáneamente.

En ese contexto, planteó la posibilidad de una “corrida bancaria brutal” que en última instancia “llevaría a esa situación de limitar las retiradas de dinero” (corralito), algo que después el titular de Economía negó para rebajar la alarma.

En cualquier caso, la cuota de mercado en Cataluña se ha convertido en un riesgo a tener en cuenta por las agencias de calificación ante el avance del desafío soberanista. El efecto negativo en los informes de los bancos de inversión no ha dejado de aumentar en el último mes.

 

Por ello, desde el supervisor europeo se ha instado también a los bancos a reducir la concentración del riesgo en la comunidad, especialmente en lo que se refiere a grandes empresas y hogares.

La respuesta inmediata de la banca a Frankfurt

La respuesta de las entidades, a través del Área de Relación con Supervisores y Reguladores, tampoco se ha hecho esperar.

Han buscado también ser contundentes para tranquilizar rápidamente a los responsables del BCE. “No hay ninguna duda de que nuestra operativa se mantendrá en la zona euro”, ha transmitido de forma unánime la banca española.

Reducir la exposición a Cataluña por el riesgo

El mercado bancario catalán centra ahora todos los focos de los analistas que están a la espera del desenlace final entre el Gobierno central y la Generalitat para evaluar el riesgo que supone el nuevo escenario político para las entidades.

Si se analiza el riesgo de las principales entidades, el banco con mayor porcentaje de oficinas en Cataluña sobre el total de su red en España es BBVA. Dispone de 930 sucursales, lo que representa el 30% de su red total, que asciende a 3.086.

La segunda es CaixaBank, con el 26%, es decir, 1.300 oficinas están en Cataluña de las 5.027 con las que opera en el territorio nacional.

Les siguen Sabadell, con el 22,64% de sus sucursales en Cataluña, de las 2.548 que tiene. Santander opera 375 sucursales, número que pasa a ser de 618 con la suma de Popular, equivalente al 14% de las 4.271 que suman en España. Bankia solo opera con 143 locales en Cataluña, de los 1.777 que tiene en todo el país.

Pero si se compara el detalle del riesgo de estas entidades a 30 de junio de 2017, las posiciones varían ligeramente.

Sabadell se coloca en primer lugar en porcentaje, aunque no en cifra absoluta. Suma 32.645 millones de euros, de los 121.781 millones en España, lo que equivale al 26,8%. Fuera de España, en Reino Unido, sobre todo, tiene otro 32% de su negocio.

En el caso de CaixaBank el mercado catalán le aporta un negocio de 61.766 millones de euros, frente a los 282.036 millones que tienen en total en el país. De esta forma, su área natural de operar suma el 21,9%. BBVA se coloca en tercer lugar. Su inversión en Cataluña es de 44.561 millones de euros, lo que representa un 20,8% sobre el total que tiene en España.

Santander cuenta en la región catalana con 40.000 millones, alrededor de un 11% de su total nacional. La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri es la que cuenta, dentro de la gran banca, con un menor riesgo en Cataluña al sumar un negocio de 19.000 millones, un 9,22% del conjunto de su negocio en España.

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