Aluvión de afiliados tras las elecciones del 21-D

Ciudadanos desembarca en “territorio comanche” independentista

Está poniendo en marcha agrupaciones en comarcas donde el nacionalismo es hegemónico: Osona, Anoia, Bagès, Terres del Ebre...

Ayuntamiento de Berga (Barcelona), donde gobierna la CUP.
Ayuntamiento de Berga (Barcelona), donde gobierna la CUP.

Ciudadanos consiguió el pasado 21 de diciembre marcar un hito en la Historia política de Cataluña al convertirse en el primer partido no nacionalista que gana unas elecciones autonómicas. El partido de Inés Arrimadas cosechó sus mejores resultados en el área metropolitana de Barcelona y en Tarragona, zona menos nacionalista, pero tras este triunfo está aumentando su presencia y actividad en los feudos tradicionales del independentismo.

De los 26.471 votantes censados en Vic, 15.561 votaron en el referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre con más de 90% de “síes”. En las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, Junts per Catalunya (la lista de Puigdemont) consiguió el 44% de los votos, ERC el 23% y la CUP casi el 6%, por lo que los independentistas sumaron casi el 74% de los sufragios.

Precisamente allí, en este feudo del independentismo, Ciudadanos acaba de formalizar el primer paso para contar con una agrupación municipal en Vic. Ha creado lo que denomina un grupo de trabajo local, que agrupa a un número aún reducido de militantes pero que pretende convertirse en una agrupación municipal independiente.

Actualmente, la comarca de Osona (de la que Vic es capital) Ciudadanos la gestiona internamente junto a la del Vallès Oriental, donde sí tenía ya hace tiempo varias agrupaciones. Ahora, según ha sabido El Confidencial Digital ha decidido extenderse, implantarse por esas comarcas del interior de Cataluña donde el nacionalismo lleva décadas siendo hegemónico.

Extensión por las zonas más independentistas

Así lo explican distintas fuentes internas de Ciudadanos con cargos orgánicos en el partido. En los últimos meses de 2017, coincidiendo con el punto álgido de la crisis independentista, la formación que lidera Albert Rivera experimentó un aumento significativo de las afiliaciones, en toda España pero también en Cataluña.

Eso llevó a la dirección de Ciudadanos a establecer una estrategia para extenderse en aquellas zonas donde hasta ahora apenas tiene implantación, pero ya sí votantes: sobre todo, zonas rurales, lejos de las grandes ciudades.

En Cataluña esta estrategia se está concretando en movimientos para implantarse en algunas comarcas que son verdadero “territorio comanche independentista”, con municipios donde el independentismo domina con porcentajes de en torno al 60%-70% de los votos.

Ciudadanos, en su expansión de los últimos años, se ha ido implantando sobre todo en torno a Barcelona: en las comarcas del Barcelonés y el Baix Llobregat, así como Maresme, Vallès Occidental y Vallès Oriental... además en el Tarragonés y en las capitales como Lérida.

Ahora va a dar el salto a comarcas donde tenía menos militantes: sin embargo, en los últimos meses e incluso semanas están registrando picos de cuarenta o cinco personas de media que se afilian al partido cada semana sólo en Cataluña. La tendencia se ha agudizado tras la victoria -insuficiente para gobernar- de Inés Arrimadas en las elecciones del 21-D.

Muchos de estos nuevos militantes de C’s residen en comarcas donde el partido apenas tenía hasta ahora estructura, y donde por ejemplo ni siquiera hubo candidaturas “naranja” en las elecciones municipales de 2015.

 

Comarcas de Osona, Anoia, Bages, Bergedà...

La intención de los distintos responsables de Organización de Ciudadanos por comarcas es ir poniendo en marcha, en los próximos meses, grupos de trabajo de militantes: si éstos se asientan y van creciendo, se oficializarán como agrupaciones locales del partido.

En la comarca de Osona, aparte del grupo de trabajo de Vic que se espera que desemboque en agrupación dentro de unos meses, se pondrán en funcionamiento también grupos de Ciudadanos en Manlleu y Torelló.

El partido de Albert Rivera se va a instalar en otras comarcas del interior de la provincia de Barcelona, según las fuentes consultadas por ECD. En Anoia, por ejemplo, sus planes pasan por crear agrupaciones en Igualada, Piera, Capellades, Santa Margarida de Montbui. En Bages sólo tenían hasta ahora agrupación en Manresa, pero próximamente se implantará en Suria, Sant Fruitós de Bages, Sant Vicenç de Castellet y Sant Joan de Vilatorrada.

Incluso están valorando la posibilidad de crear estructura municipal en Berga, también en Barcelona (comarca de Bergedà). El ayuntamiento lo controla la CUP y el independentismo superó el 75% de los votos el 21-D, pero Ciudadanos consiguió quedar en tercer lugar.

En Tarragona, Gerona y Lérida

Más allá de la provincia de Barcelona, fuentes de Ciudadanos explican que en las últimas semanas, pero también desde antes del 21-D, han experimentado un fuerte crecimiento en afiliaciones que les ha llevado, por ejemplo, a poner en marcha cinco grupos de trabajo en la zona de Terres del Ebre, al sur de Tarragona, integrada por varias comarcas: concretamente, en los municipios de Deltebre, San Carlos de la Rápita, Riudons, L’Ametlla de Mar y Móra d’Ebre.

También en Tarragona, en el municipio de Valls están a punto de pasar de grupo de trabajo a agrupación local, igual que en El Catllar.

En la provincia de Gerona, la más independentista, Ciudadanos está creciendo tanto en la costa como en el interior: Castelló d’Empúries, La Jonquera, Caldes de Malavella, Portbou y Sant Feliu de Guixols son algunos de las localidades en las que acaban de o van a crear agrupaciones.

Y en Lérida, que señalan como una zona más compleja, señalan que se han implantado recientemente en Alcarrás y Roselló, y están trabajando para hacerlo en Tremp y Solsona.

Objetivo: las municipales de 2019

Fuentes de Ciudadanos explican que su idea es ir poco a poco, avanzar sobre seguro, pero extenderse de forma importante por el territorio de Cataluña donde hasta ahora tenían menos presencia.

La creación de agrupaciones no supone, en principio, que vayan a comprar o alquilar locales para abrir sedes. “No vamos a abrir sedes porque sí, como hacen otros partidos que en realidad las tienen cerradas”, apuntan dichas fuentes, que añaden además el coste de mantener un local propio.

De ahí que por el momento vayan a optar por reunirse en instalaciones que les dejen ayuntamientos. Lo importante, remarcan, es tener una presencia más activa en esos pueblos y ciudades: por ejemplo, que portavoces de Ciudadanos empiecen a acudir a debates en televisiones locales como otros partidos políticos, o que se pronuncien sobre asuntos municipales y comarcales.

Además, desde las estructuras de comunicación del partido en Cataluña están ya tutelando la puesta en marcha de perfiles en redes sociales (Twitter y Facebook), y además van a ir celebrando diferentes cursos de formación, entre otras cosas para que actúen de portavoces y puedan defender con solvencia las ideas y propuestas de Ciudadanos en debates.

Todo este despliegue tiene en el horizonte una fecha: 2019. En mayo se celebrarán elecciones municipales, y Ciudadanos pretende dar el salto a un gran número de ayuntamientos en los que no entró o ni siquiera se presentó en 2015.

Los documentos aprobados por Ciudadanos en su última Asamblea General nacional indican que los candidatos municipales deben vivir o trabajar en el municipio en cuestión. Es decir, no van a recurrir a “paracaidistas” o candidatos de relleno, como hace por ejemplo el PP en zonas independentistas con pocos afiliados. Por eso la creación de agrupaciones locales consolidadas es un primer paso para después decidir si formar listas municipales para mayo de 2019.

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