José Apezarena

¿Duelo de reinas? ¿Letizia contra Sofía?

He visionado decenas de veces las grabaciones del supuesto incidente, altercado, enfrentamiento, rifirrafe, desplante, etc. (esos y otros calificativos semejantes se han utilizado), ocurrido en Palma al término de la misa de Pascua a la que asistió la Familia Real. Y continúo bastante perplejo sobre qué es lo que en realidad ocurrió.

A la espera de una conclusión clara, me muevo en los siguientes puntos de reflexión y análisis.

¿Doña Sofía buscó hacerse una fotografía con sus dos nietas? Parece que sí, que esa era su intención. Y considero que tal idea no constituye problema alguno para nadie. Es más, en los movimientos de salida casi sería imposible impedir la toma de una instantánea de ese tipo.

No se entiende mucho que Letizia intentara impedir la toma de esa fotografía, sabiendo que la escena, el momento, iba a repetirse en varios instantes sucesivos, dentro y fuera del templo.

¿Y qué problemas podía plantear, desde el punto de vista de su madre, la reina Letizia, esa imagen a tres. ¿En qué daña, por así decirlo, a las niñas, a la familia, a la monarquía...? Creo que en nada. Por tanto, me cuadra poco que hubiera pretendido impedirlo.

Pero es que, además, me cuesta mucho imaginar que Letizia, que conoce de sobra cómo operan y trabajan los medios, singularmente audiovisuales, hubiera querido protagonizar una escena semejante, sabiendo que les estaban grabando y que, por tanto, iba a resultar altamente escandalosa.

Tampoco me cuadra que la princesa Leonor haya pretendido despreciar a su abuela con un gesto violento de quitarse de encima su brazo. ¿Se sintió apresada, le tiraron del pelo, hubo un pellizco imprevisto, tenía calor? No lo sé.

Pero, a partir de las escenas grabadas, y de las posteriores cavilaciones y suposiciones, las conclusiones que se han obtenido (y publicado y difundido) son terroríficas. Duelo de reinas, falta de respeto, ofensa a doña Sofía, intransigencia de doña Letizia, incalificable actuación de la princesa de Asturias.. Y, como consecuencia, daño grave a la institución monárquica.

Mediáticamente, en este episodio, quien ha salido peor parada es doña Letizia, a la que con cierta facilidad se aplica la presunción de culpabilidad. Posiblemente se lo ha ganado, porque, sobre todo en el pasado, tampoco ha hecho muchos esfuerzos por "caer bien". No le sale mostrarse complaciente y obsequiosa. Tiene ese carácter, que no le ayuda demasiado. Más de un vez, en el pasado, su marido comentaba que "tenía que esforzarse en sonreír".

 

Y eso que, desde que se produjo la llegada al trono, se le ve menos envarada e incluso hasta sonríe un poco más.

Y, por si faltaba algo, apareció Marie Chantal Miller. ¿Qué pinta ella en todo esto? Ciertamente, es sobrina de doña Sofía, pero sobrina política. Tendría que haber esperado un poco, a que las cosas se aclararan del todo. Y haber medido más sus palabras. Parece claro, atendiendo a su aparición en redes sociales, que no le cae muy bien la reina Letizia.

Con sus mensajes, Marie Chantal Miller lo único que hace es enturbiar las cosas. Y, sobre todo, sembrar la discordia entre su marido, Pablo de Grecia, y su primo y amigo del alma, Felipe de Borbón.

¿Se llevan bien las dos reinas? Depende. Ha habido momentos y momentos. Al principio, cuando Letizia desembarcó en La Zarzuela, doña Sofía la amadrinó en cierta medida, le acompañó y aconsejó. Y lo siguió haciendo en otros instantes.

Pero han ido pasando los años y, además, han sobrevenido dos asuntos muy destacados. El primero, el estallido del caso Nóos. Y aquí las dos han protagonizado comportamientos contrarios. Mientras Letizia (lo mismo que Felipe de Borbón) se ha desvinculado absolutamente de los ex duques de Palma, doña Sofía ha protagonizado actuaciones tal vez discutibles, como aquel famoso viaje a Nueva York en el que se fotografió con Cristina e Iñaki y protagonizó así portadas de las revistas.

El otro acontecimiento significativo es que hoy la reina es doña Letizia. Y eso, lógicamente, cambia las cosas. Y también el tipo de relación interna dentro de la Familia Real. Sobre ella reposa, al menos en parte, la responsabilidad de la imagen y estabilidad de la Corona. Los papeles de ambas reinas han cambio rotundamente.

Al final, lo que ha pasado es que, en un universo de imágenes, la escena de Palma ha ocupado todos los medios y dado la vuelta al mundo. Y ha triunfado claramente la primera versión: la del desplante (inadmisible) de la reina Letizia a la reina (emérita) Sofía. Que no tengo del todo claro que sea la interpretación definitiva.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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