Javier Fumero

Entrevista a un asesino

Se ha montado bastante revuelo por el abanico de entrevistas que se han publicado y emitido este fin de semana con el mismo protagonista: Iñaki Rekarte, un arrepentido de ETA.

He escuchado críticas muy duras y argumentos de este tenor:

-- No se puede dar pábulo a una farsa porque este señor no está arrepentido de verdad.

-- No se puede dar voz a un asesino: es una ofensa a las víctimas.

-- Este show sólo beneficia a un actor de este drama: la banda terrorista ETA.

-- Vale. Ahora, aguerridos periodistas, salid a entrevistar a un puñado de violadores, a ver qué se cuentan…

No estoy de acuerdo.

Leí este domingo, desde el principio hasta el final, la entrevista de El Mundo a Rekarte. No me pareció ni una sesión de masaje, ni un reportaje adulador, ni un canto a la hipocresía. Es una historia humana, sobre el descenso a los infiernos de una persona… con final feliz. ¿Por qué no contarlo?

Hay muertos de por medio. Es cierto. Estamos ante una tragedia. Los familiares merecen todo nuestro respeto y máxima sensibilidad.

Pero no he visto a nadie frivolizar, ni piezas editadas para ganar audiencia. Se cuenta el caso de un señor contrito, que quiere expiar sus culpas y mandar un mensaje de arrepentimiento a sus conciudadanos. No se busca el morbo, ni sacar las cosas de quicio.

 

Hay un dato que llama la atención. Esta entrevista a Iñaki Rekarte –una pequeña entrega del libro sobre su ‘regreso del lado oscuro’ que lo precede- ha provocado una gran revuelo en el mundo abertzale. Revuelo y disgusto. Porque se trata de otra voz discordante que viene a sembrar dudas entre sus bases, entre los jóvenes del País Vasco. Un disidente que los presenta divididos y debilitados. Parece algo bueno.

Insisto: veo más ventajas que inconvenientes en lo que ha sucedido.

Más en twitter: @javierfumero

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