José Apezarena

España, un país de suicidas

Este país se encuentra ensimismado en debatir y tratar de solucionar problemas como la crisis económica, de la que una manifestación es el drama del desempleo. Y otros asuntos de enorme calado como las tensiones independentistas, la corrupción política, sin olvidar el desprestigio de la justicia, etc.

No es la primera vez que se ha urgido la necesidad de un gran acuerdo político entre las principales fuerzas para abordar tales desafíos. Y también para acordar una reforma constitucional, llegar a un pacto educativo…

Se trata de cuestiones graves, evidentemente. Sin embargo, apenas se habla de una de las principales amenazas que sufre España. Según datos recientes publicados por Naciones Unidas, en el año 2050 seremos el tercer país más viejo del mundo, sólo superados por Japón y Corea del Sur.

Los cálculos de la ONU concluyen que entonces el 34,5% de la población española tendrá más de 65 años. O incluso más porcentaje, porque falta por proyectar las consecuencias de la huida de inmigrantes, cuya llegada había frenado algo el envejecimiento, y la salida de jóvenes al extranjero por motivos laborales.

La natalidad comenzó a descender ya a finales de los años setenta y, tras el ligero repunte en esta última década, ahora ha vuelto a caer, con 9,69 nacimientos por cada 1.000 habitantes en 2012, cifra similar a la de 1999.

En el ámbito europeo, España presenta la tercera más baja tasa de fertilidad, con 1,32 hijos por mujer, sólo seguida por Polonia y Portugal, mientras en los primeros lugares aparecen Irlanda y Francia, con 2,01, y Reino Unido (1,92), Suecia (1,91) y Finlandia (1,80). Las políticas de ayudas familiares han cambiado la tendencia en los países nórdicos.

Además del enorme incremento del gasto sanitario que supone una sociedad envejecida, tal situación pone en riesgo el sostenimiento del Estado del bienestar porque cada vez menos ciudadanos en edad laboral tendrán que sostener a más personas mayores y enfermas.

¿Se debate de esto en España? No. ¿Se aprecia alguna preocupación entre la clase dirigente? No. ¿Se han aprobado políticas de fomento de la natalidad? No. ¿Los granes partidos políticos se han planteado buscar soluciones, incluso, si hiciera falta, un pacto de Estado para afrontar esa amenaza? No.

España se suicida. Parodiando el título de la película ganadora de un Óscar, este sí es (va a ser) un país para viejos. Y, por supuesto, un país de ciegos.

 
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato