Los datos de Cataluña y País Vasco desataron la alegría

Euforia en Podemos: “Con este resultadazo, el PSOE está obligado a hablar y negociar de verdad”

Algunos dirigentes esperaban superar a los socialistas en votos. Un buen número de periodistas aplaudieron a Pablo Iglesias al final de su comparecencia

Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos comparecen el 20-D.
Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos comparecen el 20-D.

“¡Remontada!” y “¡Sí se puede!” fueron los gritos que más se escucharon en el Teatro Goya de Madrid, el lugar que Podemos eligió como cuartel general para seguir el recuento de las elecciones generales. Allí comparecieron sus dirigentes ante los medios de comunicación para valorar un resultado que le deja como tercera fuerza en el Congreso de los Diputados.

Pablo Iglesias llegó al teatro cuando cerraron los colegios electorales, a las ocho de la tarde. Entró directamente al salón reservado para los miembros de Podemos entre gritos de “¡presidente!¡presidente!”.

Con el candidato a la presidencia del Gobierno llegaron otros dirigentes, como los eurodiputados Miguel Urban y Tania González. Los candidatos y dirigentes de Podemos (como Juan Carlos Monedero) se reunieron en un salón del hotel con barras con bebidas y comida y una pantalla gigante en la que fueron siguiendo el escrutinio. Los periodistas, identificados con una pulsera blanca, tenían prohibido el acceso a este espacio al que había que entrar después de identificarse con el nombre en unas listas.

Los dirigentes que iban llegando a las puertas del Teatro Goya se abrazaban y se saludaban efusivamente con quienes estaban fuera fumando, ya que dentro estaba prohibido. Así se pudo ver a Luis Alegre, Irene Montero, Ramón Espinar, Jesús Montero y Rita Maestre, entre otros dirigentes, charlar animadamente. “¡La que hemos liado!”, comentaban eufóricos los miembros de Podemos que iban llegando.

En conversación con El Confidencial Digital, Maestre (concejal del ayuntamiento de Madrid) prefirió ser cauta media hora después del cierre de los colegios electorales. “Estamos todos muy contentos y muy nerviosos, pero todavía es muy pronto”, afirmó Rita Maestre, que optó por no dar una cifra mínima de escaños a los que aspiraban.

Los militantes interrumpieron la cautela de Errejón

La comparecencia de Íñigo Errejón, que estaba anunciada para las 20:30, se retrasó una hora para esperar a que hubiera resultados oficiales desde el centro de datos. “Las ocho y media de Podemos deben ser las nueve y media normales”, comentaron algunos periodistas impacientes por la tardanza.

Mientras tanto, los datos del sondeo a pie de urna de RTVE fue caldeando los ánimos en el salón reservado a los miembros de Podemos. “¡Remontada!¡Remontada!”, se escuchaba desde fuera mientras se iban desgranando datos por provincias. La victoria en el País Vasco provocó gritos de alegría, pero fue la primera posición de En Comú Podem en Cataluña la que levantó las mayores muestras de euforia.

Finalmente a las 21:25 apareció Errejón en la sala de prensa: ahí se produjo uno de los momentos curiosos, cuando una de las fotógrafas acreditadas que estaba de pie sobre una silla se puso a aplaudirle y a vitorear su nombre. Errejón destacó que, a la espera de conocer los datos oficiales, “España ya es otra” porque había acabado el turnismo de PP y PSOE en el Gobierno.

El número dos de Podemos estaba hablando de que preferían ser “cautos y prudentes” cuando en ese preciso momento se escuchó un coro de gritos de la sala contigua. De inmediato Errejón y los periodistas se echaron a reír por la coincidencia, mientras los gritos de “¡remontada!” ahogaban las declaraciones de la mano derecha de Pablo Iglesias, que se despidió entre aplausos aislados de los periodistas.

Sorpresa ante la posibilidad de ser segundos

La euforia y la sorpresa entre los responsables de Podemos era palpable. Incluso en algunos momentos no descartaban superar al PSOE en votos: “Aunque quedemos terceros en escaños por la ley electoral, quedar segundos en votos sería brutal”, afirmaban algunas fuentes, que remachaban que un segundo puesto de Podemos supondría “romper el bipartidismo”.

 

Con el 75% escrutado, un colaborador de Pablo Iglesias comentaba que aún había grandes ciudades, como Madrid, en las que el recuento iba aún por el 50%. “Puede haber cambios en votos, pero en escaños habrá pocos”, afirmaban cuando Podemos se había estabilizado en el entorno de los 68-69 diputados.

Finalmente se confirmó el tercer puesto; lo que esperaban los dirigentes de Podemos era recortarle más votos al PSOE. El objetivo del partido de Pablo Iglesias estaba claro: tener la menor distancia posible con los socialistas para poder contar con más fuerza a la hora de negociar un acuerdo de Gobierno.

“Es un resultadazo. Aunque quede el PSOE por delante, con estos datos están obligados a hablar y negociar de verdad”, comentaban satisfechos desde Podemos sobre las conversaciones que esperar iniciar con el partido de Pedro Sánchez para exigirle condiciones a un apoyo en las Cortes.

Aplausos de los periodistas a Pablo Iglesias

Pablo Iglesias concretó esas exigencias en su comparecencia que, de nuevo, sufrió un importante retraso. Pasadas las once (y no a las diez y media), el líder de Podemos entró muy sonriente en la sala de prensa, rodeado de algunos de sus más cercanos colaboradores: Íñigo Errejón, Luis Alegre, Sergio Pascual, Tania Sánchez, Carolina Bescansa...

“Buenas noches a todos y a todas. Hoy ha nacido una nueva España”. Los dirigentes del partido escucharon muy atentos las palabras de Iglesias: le miraban y, sobre todo, asentían cuando Pablo Iglesias prometía hacer todo lo posible por reforzar los derechos sociales en la Constitución, como el derecho a la vivienda, o cuando afirmaba que Podemos había ganado en territorios como Cataluña, País Vasco y Galicia porque es la única formación capaz de articular la “plurinacionalidad” de España”.

Iglesias también se ganó los asentimientos de su equipo cuando planteó la idea de introducir una moción de confianza ciudadana, para que se pueda revocar al presidente durante la legislatura si incumple su programa.

Uno de los momentos más destacados de su comparecencia llegó cuando los periodistas de medios internacionales acreditados pidieron que el número uno de Podemos hiciera una declaración en inglés para poder grabarla. “We are very happy”, dijo Iglesias, que remarcó la idea de que el sistema político español había sufrido un cambio total e irreversible: “Spain is not the same”.

Al terminar las preguntas de los periodistas, un buen número de profesionales de los medios de comunicación y algunos simpatizantes de Podemos que habían entrado en la sala de prensa comenzaron a aplaudir sonoramente, mientras Pablo Iglesias y otros dirigentes se abrazaban y gritaban con las manos en alto “¡Si se puede!”.

Tras volver al salón reservado entre una salva de aplausos, la mayoría de dirigentes y militantes de Podemos se fueron marchando. La siguiente cita era en la plaza que hay junto al Museo Reina Sofía, en Atocha. Allí el partido celebró con una fiesta sus resultados electorales.

Entre los últimos en salir estuvieron Íñigo Errejón y Pablo Iglesias. El candidato a presidente salió muy sonriente, con su mochila en los hombros, pero sin querer hacer declaraciones. Un pequeño grupo de simpatizantes le esperó para animarle. Errejón también se fue sin hablar: una militante le gritó un “¡Íñigo, guapo!”, y él respondió con una sonrisa.

Monedero y el ex Jemad, el Wi-Fi y una estufa

La noche electoral de Podemos dejó otros muchos detalles curiosos:

-- El abrazo de Monedero con el “general de Podemos”: Juan Carlos Monedero estuvo siguiendo el recuento dentro del salón habilitado para los miembros del partido. Cuando los datos ofrecidos por la televisión fueron confirmando los buenos resultados, el que fuera número tres del partido se acercó a abrazar a José Julio Rodríguez, ex Jemad y segundo en la lista por Zaragoza. Monedero y el ex general también se abrazaron con Luis Alegre.

-- La contraseña del Wi-Fi: Podemos hizo un gesto hasta con la clave que los periodistas debían introducir para conectarse a Internet. “unpaiscontigo16” era la contraseña, en referencia al lema que el partido morado ha utilizado en esta campaña, lo que provocó comentarios.

-- Catering para los periodistas: la organización colocó un par de mesas con comida y bebida. Había canapés variados, aceitunas, tortilla de patata, embutidos, queso, frutos secos, refrescos y cerveza.

-- Una estufa para aliviar el frío: conforme fue pasando el tiempo se fue notando más el frío en el gran espacio del Teatro Goya donde estaba la sala de prensa. En torno a las diez y media se colocó una estufa portátil, como las que se utilizan en las terrazas de los bares, para tratar de mitigar la baja temperatura y la humedad, ya que el río Manzanares no está lejos del teatro. Algunos periodistas se quejaban a gritos cuando alguien dejaba abierta la puerta de la sala.

-- Bromas sobre “podemos”: mientras recogían cámaras, focos y cables, los periodistas de televisión comenzaron a hacer bromas. “¡Podemos irnos ya!”, dijo una periodista, mientras otros coreaban “¡podemos!” entre risas.

Canciones y puños en alto

Podemos llevó la celebración de sus resultados hasta la Plaza del Museo Reina Sofía, junto a la glorieta de Atocha. Cientos de simpatizantes llenaban la plaza antes de que llegara Pablo Iglesias y otros dirigentes procedentes del Teatro Goya. Los conocidos como “lateros” aprovecharon la aglomeración para ofrecer sus latas de cerveza entre quienes escuchaban a Iglesias.

Tras el discurso del líder de Podemos se intercalaron canciones reivindicativas: “El pueblo unido jamás será vencido”, del chileno Sergio Ortega; “A galopar”, de Paco Ibáñez; y “Puente de los franceses”, una melodía de la Guerra Civil con la que se arrancó Juan Carlos Monedero cuando cogió el micrófono tras fundirse en un fuerte abrazo con Pablo Iglesias.

Los seguidores de Podemos, con globos morados con el lema de campaña y algunas banderas republicanas, cantó las canciones con el puño en alto. En algunos casos de pudieron ver lágrimas de seguidores emocionados por el momento. Por último tomó la palabra Pablo Echenique, que fue uno de los más aplaudidos y que recordó el espíritu del 15-M como inspiración de Podemos y de sus resultados este 20 de diciembre.

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