Gallegas y vascas: una perspectiva sociológica

Análisis, punto por punto, de unas elecciones autonómicas que han alterado la situación política nacional.

GALICIA

-          “Las encuestas no predicen; las encuestas describen”: esta es la explicación que dan los sociólogos a unos sondeos pre-electorales que vienen a ser la fotografía de un estado de ánimo social. Es así que los fallos de predicción en torno a la victoria de Núñez Feijoo en Galicia no ocultan, sin embargo, que en ellos había indicios de repunte por parte del candidato del PP.

-          En buena parte, la victoria de Núñez Feijoo se ha conseguido al hacer el PP gallego la mejor campaña de su historia, en tanto que PSdeG y BNG han hecho la peor campaña de su historia, a juicio del sociólogo José Ignacio Wert.

-          El voto conseguido por el PP en Galicia ha insuflado ánimos al partido no ya por la victoria sino por un rasgo muy particular: en tanto el campo gallego ha permanecido fiel a su voto al PP, el partido de centroderecha ha crecido en voto urbano, con fama de crítico y exigente. El PP ha subido varios puntos en cada capital gallega.

-          Pese a la victoria del PP, también dentro del partido –así, el sociólogo Pedro Arriola- se ha criticado el peso excesivo que tiene el voto emigrante en el resultado electoral: con más de un diez por ciento del censo, también en esta ocasión podía haber sido un voto determinante de haber conseguido Feijoo un escaño menos.

-          También endulza el resultado del PP el hecho de haberse logrado con un entorno mediático muy hostil (investigaciones de Garzón).

-          Cuando Manuel Fraga habla de la victoria del PP como “una vuelta al estado natural de las cosas” no hace sino referirse a un hecho: desde 1981, en los 26 distintos comicios habidos en Galicia, el partido de centroderecha ha sido en todos el partido más votado.

-          El auge del voto urbano al PP ha coincidido punto por punto con el declive del voto urbano del BNG, reducido este partido al voto rural. El dato de mayor preocupación para el BNG radica en que, tras ejercer el poder, hay menos galleguismo en la sociedad gallega que antes de su llegada al Gobierno.

-          Este dato confirma una tendencia que habla del desgaste de los nacionalismos en España: crecen las “identidades incluyentes” en detrimento de las “identidades excluyentes”, la consideración de ser gallego y español, en vez de sólo gallego o sólo español, por ejemplo.

 

-          Todo da a entender que el BNG, como antaño ERC, ya ha conocido su pico de representación. El partido galleguista no ha logrado su sueño de ser el PNV de Galicia, capaz de ejercer presión por sí mismo a Madrid.

-          La caída electoral del PSdeG se explica, según el sociólogo Juan José Toharía, por efecto de “las malas compañías”, de “las amistades peligrosas” con el independentismo gallego. La sensación en buena parte del electorado es que en Galicia había dos gobiernos con dos agendas: PSdeG y BNG.

-          Aun cuando se haya hablado de que ha habido una mayor movilización en las elecciones gallegas, argumentándose así que no es cierto el axioma según el cual, a menor abstención, más triunfa el PP, el dato es que la participación, excluido el censo emigrante, sólo ha subido un 2,4%.

-          La euforia de Rosa Díez en la noche electoral no se corresponde con sus pobres resultados en Galicia.

PAÍS VASCO

-          Patxi López no es sólo el vencedor mediático sino el vencedor real, a juicio de Toharía, de las elecciones vascas: el nacionalismo vasco ha de aprender que “en democracia, gana el que puede formar gobierno”.

-          La percepción de los resultados de López como excelentes apoya la teoría según la cual desde Moncloa y Ferraz se le animará a formar gobierno para compensar el sinsabor gallego.

-          El PNV, que consigue una subida apreciable en sus votos, no logra sin embargo dejar de transmitir la sensación de que transita por “una pendiente de debilitamiento”, según Wert, pues buena parte de sus apoyos tradicionales han optado por abstenerse. La noche electoral fue tristísima entre los altos cargos del PNV, conforme testigos presenciales.

-          En el PP vasco y nacional hay alegría por los resultados por la rotura del “fatalismo” de que no hay alternativa: la conciencia es que era fundamental echar del gobierno al PNV, lo echara quien lo echara, y el PP sabía que tenía varios elementos en su contra: un líder relativamente nuevo, la desventaja de no estar gobernando en Madrid y el factor del “voto útil” constitucionalista favorable al PSE.

-          Diversos cargos del PP madrileño han explicitado una consideración muy negativa de los resultados vascos pero la sensación predominante es que se han “salvado los muebles” gracias al voto fiel del PP. Aun así, de 2001 a 2009, se han bajado nueve puntos porcentuales en voto.

-          Las encuestas a pie de urna daban sólo 9 diputados a un PP que finalmente se alzó con 13 escaños, confirmando la tradición del País Vasco según la cual el voto al PP tiende a ocultarse.

-          El PP no espera que López les ofrezca una cuota de poder en el Gobierno. Aun así, tanto Mayor Oreja como Redondo Terreros han confesado que este resultado, sin necesidad de escenificar abrazos, es exactamente el que querían.

-          Los resultados de la comunidad autónoma vasca –también de la gallega- sólo pueden extrapolarse con sumo tiento al conjunto nacional pues cada comunidad autónoma va consolidando su lógica y su relato político propios.

-          La caída de EA se debe a que su apuesta por el independentismo sobrevenido no ha tenido éxito, habida cuenta de que hay otra formación, Aralar, que representa mejor a la izquierda radical alejada de la violencia.

-          De haber un gobierno que sustituya al del PNV, se prevé que la articulación de la alternancia sea muy difícil.

-          Una muestra de la excepcionalidad de la situación del País Vasco es que la opción que jamás se baraja es que los dos partidos de centroderecha –PNV y PP- lleguen a un pacto.

-          El PSE de López, por su parte, ha mostrado una continuidad en los resultados de las generales a las autonómicos, rompiendo así una inercia que le daba peores resultados en estos comicios.

-          El dato más revelador de estas elecciones es el siguiente: los constitucionalistas pueden gobernar aun habiendo sacado cien mil votos menos que en 2001.López puede formar gobierno con 15000 votos menos de los que sacó Mayor Oreja. Esto se debe a que la neutralización de la amenaza electoral del PP ha resultado en una movilización mucho menor del nacionalismo.

-          El voto independentista –proetarra o no, excluyendo a Eusko Alkartasuna- se sitúa en los 150000 votos. De ellos, un tercio ha sido para Aralar en tanto que los dos tercios restantes son votos nulos en apoyo de D3M, plataforma ilegalizada por su apoyo a ETA.

-          Aun cuando se cuenta con el amotinamiento del PNV en el Congreso de los Diputados, también se afirma desde el PSOE que “quedan siete meses para los presupuestos” y se hacen cálculos para llegar a los 176 escaños de la mayoría en la cámara baja sin necesidad del PNV.

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