Por qué García-Margallo se ha empeñado en que España conserve la silla en el BCE: “tenemos el 12% del capital del banco”. Se ha trabajado los apoyos de Francia e Italia

El doble veto del Parlamento Europeo y de España a la entrada de Yves Mersch en el BCE ha dado alas al Gobierno. Luis de Guindos quiere aprovechar la oportunidad para acercarse a Luxemburgo de cara a un posible rescate, mientras que García-Margallo apuesta por "llegar hasta el final" para recuperar el puesto perdido en el supervisor europeo.

Tal y como se contó en estas páginas, la decisión de Mariano Rajoy y De Guindos de vetar el nombramiento del candidato luxemburgués busca conseguir una importante baza negociadora para arrancar acuerdos en otros ámbitos.

En concreto, uno de los objetivos es la flexibilización de las condiciones de un eventual rescate, y ganarse así a uno de los países más críticos con el desembolso de ayudas a España junto a Alemania y Holanda, como es Luxemburgo.

Pues bien, según explican a El Confidencial Digital dirigentes de la delegación española bien situadas en Bruselas, además de esta estrategia, el Gobierno contempla también “llegar hasta el final” en sus reivindicaciones para mantener el puesto de España en el BCE, considerado “vital para la credibilidad del país”.

“España posee el 12% del capital del BCE y debe tener representación”

Las fuentes comunitarias consultadas por este diario aseguran que los máximos defensores de agotar todas las vías posibles para que España recupere su representación en el BCE son José Manuel García-Margallo e Íñigo Méndez de Vigo, que la semana pasada anunciaron, a nivel interno, una gran ofensiva para lograr el objetivo.

En concreto, el ministro de Asuntos Exteriores ha asegurado, en privado, que “debemos llegar hasta el final en este asunto porque quedarnos fuera del BCE supone un ataque inasumible para la imagen de nuestro país”.

Margallo considera que “España no puede perder su representación porque posee el 12% del capital del BCE y tiene pleno derecho a estar presente en las reuniones en las que se decide qué hacer con ese dinero”.

El Gobierno busca el apoyo de Francia e Italia

Para conseguir que España mantenga su puesto en el BCE, desde el Gobierno ya se han iniciado gestiones para lograr que otros países se opongan al nombramiento del luxemburgués Yves Mersch, de tal forma que el candidato no obtenga el respaldo suficiente para ser el elegido.

 

Desde la delegación española en Bruselas afirman que “Francia e Italia se han convertido en los aliados que necesitamos para lograr una minoría suficiente que impida el nombramiento de Mersch”.

Por ese motivo, y a la espera de que Herman Van Rompuy introduzca este asunto en el orden del día del Consejo Europeo de la semana que viene, “España está ya trabajando en un acercamiento con ambos países”, cuyo apoyo es imprescindible para evitar el nombramiento del luxemburgués.

El último recurso: dejar vacía la silla del Consejo

De no lograr los apoyos suficientes para evitar la elección de Yves Mersch, a España le quedaría un último recurso, considerado por la propia delegación española en Bruselas como una “auténtica bomba atómica”: dejar la silla vacía en la votación para la elección del luxemburgués.

Esa opción, recogida en el Compromiso de Luxemburgo de 1966, se incluyó después de que el presidente francés Charles de Gaulle abandonara su puesto en el Consejo Europeo durante seis meses, y contempla el derecho de los países miembros a no asistir a las reuniones de esta institución de la UE si alguna de las decisiones allí adoptadas entran en conflicto con sus intereses nacionales.

Las fuentes consultadas por ECD aseguran que “la postura del Gobierno sobre la continuidad en el BCE es tan firme que no se descarta ninguna posibilidad, ni siquiera ésta, aunque es más probable que se plantee como advertencia al resto de Estados que se lleve finalmente a cabo”.

De utilizar el recurso de la ‘silla vacía’, España provocaría que se reabriera un proceso de debate entre todos los países miembros para elegir quién ocupa el puesto vacante en el revisor europeo.

Se buscaría otro candidato

Desde la delegación española en Bruselas aseguran que varios miembros del Gobierno han reconocido, en privado, que impulsar la candidatura de Sáenz de Vicuña para el BCE fue un “error decisivo” que provocó la salida de España del organismo comunitario.

En concreto, las fuentes consultadas aseguran que “teníamos que haber promovido a una mujer, porque el Parlamento quería una candidatura femenina”. Además, “en el BCE se quería a alguien del más alto nivel ejecutivo en banca, y Sáenz de Vicuña está más especializado en la asesoría jurídica”.

Por ese motivo, si se reabren las posibilidades de España para regresar al BCE, “desde el Gobierno se impulsaría otra candidatura, probablemente a una mujer para obtener el apoyo del ‘lobby’ femenino en el Parlamento Europeo, que ya ha vetado el nombramiento de Yves Mersch”.

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