El Gobierno ‘guardaba’ vacante desde hace tiempo a Fernández de la Vega, para cuando Zapatero la cesara, una presidencia de sección en el Consejo de Estado
El cese de María Teresa Fernández de la Vega como vicepresidenta, y sobre todo el anuncio de que iba a ser nombrada miembro del Consejo de Estado, no cogió en absoluto de improviso en la institución, donde desde hace tiempo tenían sin cubrir la presidencia de una sección para cuando se produjera ese movimiento.
La opción de que la vicepresidenta primera acabara en el Consejo de Estado era algo de lo que se venía hablando desde bastante tiempo atrás, casi desde que Zapatero ganó las elecciones y formó un nuevo Gobierno. Desde entonces, en dicha institución siempre ha habido una presidencia de sección vacante.
En el momento en que se ha producido su salida del Gobierno, se encontraba sin cubrir la presidencia de la sección Séptima, que es la que se ocupa de sanidad y asuntos sociales. Con anterioridad permanecieron largo tiempo vacantes la Tercera (a la que fue Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón) y la Cuarta (que finalmente ha ocupado Fernando Ledesma).
Fuentes próximas a los consejeros, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, comentan que la sala Séptima estaba sin cubrir porque “era para ella”.
Sostienen también que, aunque se llegó a apuntar que Fernández de la Vega, dada su condición de vicepresidenta y los servicios prestados, iría al Consejo de Estado para presidirlo, su actual titular, Francisco Rubio Llorente, nunca se había sentido amenazado de cese.
Más aún. Estas fuentes explican que lo ‘inteligente’ para ella era ser nombrada consejera, porque se trata de un cargo vitalicio, mientras que el presidente del Consejo de Estado puede ser removido en cualquier momento. Además, si hubiera sido designada, correría peligro su continuidad porque dentro de año y medio hay elecciones generales.
Fernández de la Vega se ha convertido en la primera mujer consejera permanente del Consejo de Estado.
