El relevo debe producirse dentro de un año

Ni el Gobierno ni Luis de Guindos apoyan el plan de sucesión de FG en BBVA

El mensaje del BCE ha llegado a la cúpula del banco. El ‘ascenso’ de Jaime Caruana ha abierto la puerta para su nombramiento como presidente no ejecutivo

Francisco González, presidente de BBVA, parecía haber encontrado en el anterior ministro de Economía, Román Escolano, un aliado en el Gobierno para sus planes de sucesión y su rechazo a una fusión con Bankia. Pero el inesperado y repentino cambio en La Moncloa ha trastocado el proyecto.

El Banco Central Europeo (BCE) cuenta con el respaldo de la Justicia europea para que pueda imponer a los bancos de la Eurozona la separación de los cargos de presidente y primer ejecutivo o consejero delegado.

Así lo estableció en abril el Tribunal General de la Unión Europea en un dictamen sobre la sucesión en la entidad francesa Crédit Agricole en el que da la razón al supervisor comunitario y declara que una misma persona no puede ocupar a la vez el puesto de presidente del consejo de administración y de “directivo efectivo” en las entidades de crédito sometidas a supervisión prudencial.

Este dictamen ha llegado a un año de que BBVA apruebe la sucesión de su presidente, Francisco González, que en 2019 dejará el cargo al cumplir 75 años. De hecho, todas las entidades deben presentar el suyo al BCE y ser aprobado.

Hasta ahora, FG sólo ha insinuado que su sucesor procederá de dentro de la entidad, lo que apunta a su actual “número dos”, Carlos Torres, como presidente.

Eso sí, el nombramiento posterior de Jaime Caruana como consejero de la entidad se ha interpretado como una posibilidad de que el ex gobernador del Banco de España sea designado como presidente no ejecutivo y que Torres siga como consejero delegado.

Primer acercamiento al Gobierno Sánchez

Según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes conocedoras del proceso, la dirección de BBVA pretende acercarse ahora al nuevo equipo económico de Pedro Sánchez, a pocos meses de que FG abandone la presidencia, para conocer la visión del Gobierno sobre el relevo trazado en el segundo banco del país.

En la cúpula de BBVA se defiende que la transposición de la norma a España lo que impide es que el presidente no puede ser al mismo tiempo el CEO. Ahora bien, el modelo de gobierno corporativo que impera en el sistema financiero español es de presidentes ejecutivos, es decir que son al mismo tiempo, aunque no CEO, sí primer ejecutivo del banco.

Los del Santander, BBVA, Bankia, Sabadell y Unicaja son el primer ejecutivo, por delante del consejero delegado, y han nombrado un consejero independiente coordinador, como obliga la ley a empresas con presidente ejecutivo, además de reforzar el órgano de máxima dirección con un número cada vez mayor de vocales independientes.

Ni Gobierno ni De Guindos darán la batalla

Por el momento, el Ministerio de Economía, dirigido ahora por Nadia Calviño, “se ha puesto de perfil”. Pero, en principio, la intención es no dar la batalla ante el BCE y recomendar a la entidad que siga las recomendaciones del banco central.

 

Fuentes financieras revelan a ECD que “no hay con el nuevo equipo de Sánchez la complicidad que existía con el anterior titular de Economía”. Recuerdan que la llegada de Román Escolano al Gobierno de Rajoy había frenado también los intentos de Luis de Guindos para propiciar una fusión BBVA-Bankia.

El ex ministro apoyaba la opción de José Ignacio Goirigolzarri para la presidencia de BBVA. De Guindos consideraba que le debía una, después de haber aceptado presidir una Bankia en ruinas y de haberle dado la vuelta al banco.

Su plan era que BBVA absorbiera la entidad nacionalizada, y que el nuevo presidente fue el actual gestor de Bankia. Unos movimientos soterrados que chocaban frontalmente con los tiempos y los planes de sucesión trazados por Francisco González.

El plan B: Caruana, presidente no ejecutivo

Consciente de las dificultades para sacar adelante su plan de sucesión, FG anunció la semana pasada la modificación de la composición de las comisiones del consejo de administración de BBVA.

Jaime Caruana ha dado un paso importante hacia el poder en el segundo banco español. Será vocal en la comisión delegada permanente, el puente de mando del banco, encabezada por el presidente. También ha entrado en la comisión de riesgos, donde se analiza la salud de los riesgos asumidos por la entidad, y por último se sentará en la comisión de tecnología y ciberseguridad, presidida por el consejero delegado, Carlos Torres, y que examina un tema clave en el BBVA: la transformación digital.

Este movimiento ha provocado que en la cúpula del banco vuelva a tomarse en consideración la posibilidad de que Caruana sea el sucesor de González, si se opta por una presidencia no ejecutiva, el ‘modelo CaixaBank’ por el que apuesta el BCE, y que Carlos Torres continúe como CEO.

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