El viaje de los reyes suspendido, otro revés para el proyecto

Un cambio de Gobierno pone en peligro el millonario contrato del AVE La Meca-Medina

El consorcio da por hecho que Arabia aprovechará un nuevo interlocutor para apretar en plazos y recortar pagos. Malestar en Riad por los ataques de Pablo Iglesias al régimen

Ana Pastor visita las obras del AVE La Meca-Medina
Ana Pastor visita las obras del AVE La Meca-Medina

La incertidumbre de un cambio de Gobierno en España sobrevuela también el mayor proyecto jamás conseguido por empresas nacionales en el extranjero: el AVE La Meca-Medina. En el consorcio, formado por destacadas compañías como Renfe, Adif, Talgo y OHL, no ocultan su honda preocupación porque Arabia Saudí aproveche el nuevo escenario para revisar las condiciones del contrato.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, de fuentes conocedoras del proyecto, los negociadores españoles con Arabia Saudí han advertido a las constructoras que un cambio en los interlocutores, por la llegada de un nuevo Gobierno, provocará con toda probabilidad un brote de tensión con las autoridades de aquel país y “abrirá nuevos conflictos”.

Afirman que la actual titular de Fomento, Ana Pastor, ha adquirido compromisos personales y ha establecido una relación de confianza con el ministro de Transportes saudí, Mohammed Al-Muqbel, que anticipan que se verá alterada por los previsibles cambios en el Ejecutivo.

“No hay que olvidar quién es la parte contratante y la forma de hacer negocios en los países del Golfo. Todo se basa en la confianza y las relaciones personales”, aseguran.

Aprovechar para presionar con los plazos

Las compañías españolas dan por hecho que la Saudi Railway Organization (SRO), la sociedad que contrató al consorcio para construir el AVE, aprovechará para reclamar una aceleración de las obras, sin que ello se traduzca en un reconocimiento de sobrecostes por parte del cliente.

En principio, la entrada en servicio de la línea La Meca-Medina está prevista a partir de 2017.  Pero no se descarta, en ese nuevo escenario en Madrid y por tanto con una posición negociadora más débil por parte de la delegación española, una exigencia de Arabia Saudí para un adelantamiento a finales de este mismo año.

El cliente es ahora más exigente

Otro de los motivos que vaticinan para que el régimen saudí endurezca las exigencias es el duro golpe que están sufriendo los países del Golfo Pérsico por la caída del precio del crudo, y la repercusión en sus cuentas públicas, que está provocando el replanteamiento de algunas grandes obras en todas las monarquías árabes.

En el consorcio español se tiene en cuenta que, de continuar el crudo en los niveles actuales mucho más tiempo, es decir, por debajo de los 30 dólares el barril, se avecina un futuro a medio plazo nada alentador, con déficits fiscales en las economías regionales de esos países, basadas fundamentalmente en los hidrocarburos.

Esta situación va a contribuir también a generar más presión sobre España y a poner en duda la viabilidad, con las actuales condiciones, del contrato más importante para las empresas españolas en las últimas décadas, por un importe de 6.736 millones de euros. Consideran que el grueso del ajuste será por las inversiones y no por los gastos corrientes.

Viaje de los reyes para templar los ánimos

Además, los reyes no visitarán finalmente Arabia Saudí en este mes de febrero, como estaba previsto. El motivo esgrimido para suspender el viaje es la actual situación de inestabilidad política, que obliga a Felipe VI a permanecer en España.

 

La gira contenía también un marcado carácter comercial, incluyendo un mensaje de tranquilidad del rey Juan Carlos por el nuevo escenario político, y en el que no se descartaba una visita a las obras, por primera vez, de Felipe VI y doña Letizia.

No obstante, don Juan Carlos sí tuvo oportunidad de realizar una gira “privada” a finales de enero, como la definió Zarzuela, por algunas monarquías del Golfo. El viaje incluyó a Arabia Saudí, donde el rey Salman acudió a recibir al rey emérito al mismo aeropuerto y ofreció una cena para rendirle homenaje.

Don Juan Carlos aprovechó para apaciguar los ánimos, según ha podido confirmar ECD por fuentes conocedoras de ese desplazamiento, aunque su principal misión era, en caso de que se hubiera conseguido formar ya un Gobierno en España, ‘presentar’ los nuevos interlocutores a las autoridades saudíes.

Las críticas de Pablo Iglesias a Arabia Saudí

Tampoco se pasa por alto que Pablo Iglesias puede entrar en el nuevo Ejecutivo liderado por el socialista Pedro Sánchez. Y el líder de Podemos ha venido reclamando que se revisen las relaciones de España con Arabia Saudí por el apoyo financiero de Riad al grupo terrorista Daesh.

Y pidió públicamente al Gobierno y a la Casa Real que cancelaran el viaje programado de Felipe VI y la reina Letizia a Arabia Saudí, una visita anunciada para el próximo 16 de febrero por el embajador saudí en España, el príncipe Mansour Bin Khalid Alfarhan Al-Saud.

Argumentó Pablo Iglesias que no veía “razonable” que una institución como la monarquía, “supuestamente neutral y que debe promover los valores compartidos por la ciudadanía española” realice una visita oficial a un país en el que las mujeres ni siquiera pueden conducir, se reprime a los defensores de los Derechos Humanos y se ejecuta a condenados”.

Mientras, en el Gobierno en funciones se defiende que España “tiene motivos sobrados para preservar la relación con Arabia Saudí de cualquier polémica”. Además del AVE a La Meca, el Metro de Riad y la posible venta de corbetas de Navantia se encuentran ahora entre los principales intereses económicos en aquel país.

Elaborar un nuevo plan de ejecución “con límites”

Las constructoras españolas no se oponen a elaborar un nuevo plan de ejecución, que suponga realizar un ajuste, y a asumir lo máximo posible el desfase que se ha heredado por los retrasos del consorcio chino en la entrega de los trabajos de la primera fase. Han aceptado ya que se trata de un punto innegociable, al margen de quién haya sido el responsable de esas demoras.

Pero hay una línea roja: “Por muy importante y visible que sea el proyecto para España y sus empresas, no podemos perder dinero. Si llega a no compensarnos, habrá que replanteárselo...”, advierte un alto cargo de una las compañías más destacadas del consorcio.

Las 14 empresas implicadas en el proyecto están dispuestas a poner encima de la mesa el ajuste y el esfuerzo límite que pueden asumir para culminar la obra en el menor tiempo posible. Para lograrlo, cada empresa va a desglosar, en un informe destinado a las autoridades saudíes, el refuerzo previsto de equipos humanos y de nueva maquinaria que va a desplegar en la zona para cumplir la agenda.

Pero las empresas quieren tener en la recta final del proyecto un mayor control, ya que, como admiten en privado, “una vez entregados los trabajos, será muy difícil que el cliente pague”.

Además, se corre el peligro de que, a partir de ese momento, el contratante decida adjudicar la explotación a otras compañías distintas a las españolas.

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