El Gobierno mantiene las reticencias con Emilio Botín. Aún no ha olvidado su cercanía con Zapatero y le echa en cara que haya achacado la crisis a “los políticos”

El Gobierno de Mariano Rajoy mantiene aún sus reticencias con el presidente del Banco Santander. Durante la etapa del PP en la oposición, muchos de sus miembros se quejaron de lo que consideraban afinidad y buena relación de Emilio Botín con Zapatero. Ahora, desde La Moncloa, no piensan dar su brazo a torcer a las primeras de cambio.

Según ha sabido El Confidencial Digital, de fuentes del Gobierno, el equipo de Mariano Rajoy mira todavía con recelo las cuestiones que se le plantean relacionadas con el Banco Santander y su presidente.

Alguno de los ministros del Ejecutivo recuerda aún, en privado, que se han sentido poco apoyados por el Santander durante su paso por la oposición. Y avisan de que las heridas tardarán todavía algún tiempo en cicatrizar.

La culpa, de “los políticos”

Las recientes palabras de Emilio Botín durante la presentación de resultados del Santander, hace unas semanas, no han ayudado precisamente a limar estas asperezas. Más bien, al revés. Han vuelto a levantar las suspicacias del Gobierno.

Según las fuentes consultadas, sus declaraciones, echando la culpa de la crisis económica a “los políticos”, han molestado mucho a algunos altos cargos de la planta noble de Génova.

La afirmación de Botín de que “quien lo ha hecho mal aquí son los políticos” se considera injusta, porque hay unos políticos más responsables que otros de la situación que atraviesa España. Y en ese reparto de responsabilidades consideran que ‘alguna’ tendría que asumir el anterior Gobierno.

Creen que Botín podría haber denunciado esta situación hace tiempo, ya que la crisis en España va camino de los tres años, y, sin embargo, apenas se escucharon entonces críticas al Gobierno de Zapatero y a su vicepresidenta económica, Elena Salgado.

Es más. A muchos en el PP no se les olvida el ‘capote’ que el banquero echó a Zapatero en la última cumbre empresarial que el ex presidente del Gobierno organizó en el Palacio de la Moncloa, en marzo pasado, en la que le pidió que no tirara la toalla y que agotara la legislatura.

Tampoco estuvieron del todo de acuerdo desde la oposición en cómo se gestó el indulto al consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz.

 

Las fuentes consultadas vaticinan que, posiblemente, no será la última diferencia que mantengan con el primer grupo financiero del país.

Botín quiso aludir a Europa

Fuentes oficiosas del Banco Santander explican que el presidente no quiso durante su intervención echar toda la leña en el fuego sobre el actual Gobierno. Todo lo contrario. Su intención era referirse a la gobernanza en Europa, a la gestión de la crisis, pero no pretendía aludir a un Gobierno en concreto.

Dicen de él que le gusta decir lo que piensa, cuando cree que debe hacerlo, y cuando, ahora en concreto, puede aportar alguna solución a la maltrecha situación por la que pasa España. Y lo manifiesta públicamente porque cree que es lo que le conviene al país.

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