La Guardia Civil renueva su archivo de huellas dactilares y sustituye el sistema japonés por el americano, el mismo que utiliza el FBI

La Guardia Civil se encuentra en pleno proceso de renovación y digitalización de su sistema de archivo y cotejo de huellas dactilares. En unos meses, los agentes de Criminalística del Instituto Armado dispondrán de una base de datos con más de un millón de muestras.

El presupuesto para la renovación de estos archivos es de unos cinco millones de euros. Según ha podido saber El Confidencial Digital, la Dirección General de la Guardia Civil lleva varios meses trabajando en este proyecto en el que, además del millón de huellas dactilares, se están actualizando las más de 50.000 muestras de ADN que están en poder de la Benemérita.

La novedad de este proceso de renovación se encuentra en que la Guardia Civil ha adoptado un nuevo sistema de archivo y cotejo de huellas digitales: se ha pasado del modelo japonés al americano.

Expertos en asuntos judiciales consultados por ECD explican que la diferencia entre ambas metodologías radica esencialmente en que mientras el sistema japonés analiza 5 o 6 puntos de lectura de la huella, el americano tiene en cuenta al menos diez aspectos de la misma.

Estos especialistas aseguran que el americano es un modelo mucho más garantista: la lectura de las huellas se toma de varios dedos de la mano y se analiza desde la cresta (la parte de la uña) hasta la falange. “Es una lectura más completa”, añaden. Es el mismo modelo que emplea el FBI estadounidense.

Además, el sistema americano evita las ‘artimañas’ de algunos delincuentes que se queman la huella con ácido o se cortan la piel con una cuchilla para que desaparezca su identidad dactilar.

Las fuentes consultadas por este confidencial especifican que el americano es un modelo adoptado además por la mayoría de los países europeos pertenecientes a la Europol. Concretan que el hecho de poseer tecnología americana abarataría los costes de compra tanto de equipos técnicos como de software.

En 2004, el Ministerio del Interior unificó seis bases de datos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil para acabar con los problemas de acceso a estos archivos digitales: no había coordinación entre los investigadores de ambos cuerpos.

El Servicio de Criminalística de la Guardia Civil es el encargado de manejar estas bases de datos de huellas dactilares. Enmarcado en la Subdirección General de Operaciones y bajo la dependencia de la Jefatura de Información y Policía Judicial, su objetivo es convertir en prueba científica ante un Tribunal el indicio o evidencia encontrados en el lugar de los hechos.

Depende directamente del Jefe del Servicio, un Coronel de la Guardia Civil, y se articula tres secciones: Criminalística Física, Criminalística Analítica y Organización.

 

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