Han sido nombrados un director general y un DAO para cada cuerpo

La Guardia Civil vetó la implantación de un mando único con la Policía

Los generales trasladaron al ministro Marlaska su oposición a ese cambio, que había impulsado por comisarios del Cuerpo Nacional próximos al PSOE

El ministro Grande-Marlaska, con mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
El ministro Grande-Marlaska, con mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

La Policía y la Guardia Civil han recuperado, apenas un año después de su gran reestructuración, las dos direcciones generales para ambos cuerpos. Fernando Grande-Marlaska tenía claro que iba a cambiar el modelo organizativo aplicado por Zoido el verano pasado, pero ha tenido que renunciar a su idea inicial de un mando único.

Según revelan a El Confidencial Digital fuentes gubernamentales, en el PSOE se tenía claro, antes incluso de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, que la organización de Policía y Guardia Civil instaurada por Rajoy y Zoido en julio de 2017 no era viable y que, por tanto, debía ser cambiada en cuanto los socialistas recuperaran el poder.

La supresión, por parte del entonces ministro del Interior, de las direcciones generales de ambos cuerpos dio lugar a la creación de cuatro jefaturas centrales en la Policía (Seguridad Ciudadana, Información, Coordinación y Recursos Humanos) y cuatro mandos de unidad en la Guardia Civil (Información, Ciberdelincuencia, Personal y Apoyo), cuyo funcionamiento, sin embargo, sembraba dudas.

Comisarios afines querían el mando único

Especialmente “ineficaz” era la coordinación entre las nuevas jefaturas del Cuerpo Nacional de Policía, en las que la falta de “comunicación” entre los diferentes mandos estaba lastrando el funcionamiento normal de las diferentes unidades.

En ese sentido, comisarios próximos al PSOE habían trasladado a Ferraz que la nueva organización del cuerpo no estaba siendo nada funcional, sobre todo por las discrepancias existentes entre José Antonio de la Rosa y Juan Carlos Ortiz, que asumieron las funciones del DAO. Y, por tanto, pedían a Sánchez que tomara medidas si llegaba al Gobierno.

En concreto, el objetivo de estos comisarios era que el nuevo Ejecutivo socialista acabara con el organigrama de Policía y Guardia Civil instaurado por Zoido, y recuperara el mando único para los dos cuerpos. Un modelo que ya aplicó José Luis Rodríguez Zapatero en su Gobierno desde el año 2006, y que inauguró Joan Mesquida, al que relevó después Francisco Javier Velázquez, en 2008.

La Guardia Civil se negó

La figura del director único para ambos cuerpos duró hasta la llegada de Rajoy a La Moncloa. Coincidió también con la estancia de Fernando Grande-Marlaska en el juzgado de instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, por lo que el ahora ministro conocía a la perfección cómo funcionaban la Policía y la Guardia Civil con ese sistema

El actual titular de Interior veía con buenos ojos ese cambio para ir al mando único, y desde el mismo día de su nombramiento muchos cargos en el Ministerio daban por hecha esa reestructuración. Sin embargo, se paralizó en seco cuando Marlaska y su equipo tuvieron constancia de la oposición férrea de la Guardia Civil.

Según relatan a Confidencial Digital mandos del Instituto Armado bien situados en la Dirección General de Guzmán el Bueno, importantes generales de la Guardia Civil se negaron en rotundo a volver al mando único. Entre otras cosas –argumentaban- porque “la situación de cada cuerpo es muy diferente ahora y el mando único iba a ir en nuestra contra”.

Solución intermedia: dos direcciones

Las mismas fuentes añaden que, si bien el modelo de cuatro jefaturas no ha funcionado en la Policía, sin embargo en la Guardia Civil “ha sido un éxito”. Por tanto, “que solo un director mande en ambos cuerpos podría perjudicarnos claramente”.

 

Esa reflexión fue trasladada por generales del Instituto Armado, y por otros integrantes de la Dirección General, al equipo de Grande-Marlaska, con el objetivo de que diese marcha atrás en sus planes iniciales.

El ministro, después de escuchar a las partes, decidió optar por una solución intermedia: nombrar dos directores generales, Francisco Pardo en la Policía y Félix Azón en la Guardia Civil, y recuperar la figura del director adjunto operativo (DAO) en cada uno de los cuerpos.

“Pagamos justos por pecadores”

La decisión de Grande-Marlaska ha sido bien recibida por los mandos de la Policía Nacional, que consideraban “vital” acabar con una organización interna, la aprobada por Zoido, que estaba lastrando el funcionamiento del Cuerpo. Y, pese a haberse descartado finalmente el mando único, la recuperación de la figura del DAO ha sido aplaudida a nivel interno.

En la Guardia Civil, no obstante, la desaparición de los cuatro mandos de unidad creados hace un año provoca recelos a nivel interno: “Era algo que funcionaba. Nos iba bien. Pero al menos hemos sido escuchados y no se ha regresado a la dirección única”.

Las fuentes del Instituto Armado consultadas consideran que el “mal funcionamiento” de la Policía Nacional ha perjudicado a la Guardia Civil: “Como tantas otras veces, al final pagamos justos por pecadores...”, afirman.

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