La Inteligencia de la Armada alerta a los atuneros: los piratas conocen todos los detalles de su ruta a través de internet y leen las noticias para fijar la cuantía del rescate

La alarma la ha dado el estudio del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, basado en informes de la inteligencia naval. Los buques que navegan por el Índico –entre ellos, atuneros españoles- están amenazados por diversas páginas web que permiten a los piratas situar su posición y calcular el mejor momento del ataque.

Pese a los esfuerzos de la Organización Marítima Internacional para que los piratas somalíes no puedan consultar en internet las rutas previstas de sus víctimas, la realidad es que aún es posible conocer a través de la red multitud de datos para preparar el ataque.

Hasta 2003, las redes de inteligencia de los grupos pirata podían acceder a través de internet a la información de las rutas de embarcaciones en su zona. Esta información se actualizaba minuto a minuto.

Cuando comenzó el repunte de la actividad de los grupos piratas, la Organización Marítima Internacional permitió a los barcos que navegan por zonas de alto índice de piratería apagar el Sistema de Identificación Automático (AIS en inglés), creando un ‘silencio informativo’ en estas áreas y dejando sin referencias a los piratas.

Cómo conocer la posición de un barco

Este sistema permite conocer desde cualquier ordenador del mundo dato sobre posición, velocidad, rumbo, destino, hora prevista de llegada, carga, longitud, y número de persona embarcadas de cualquier barco de más de 300 toneladas.

Sin embargo, informes de inteligencia naval alertan de multitud de páginas web que aún ofrecen datos variados pero inconexos de forma individual. Al recopilarlos se puede elaborar un informe bastante preciso de la ruta, horarios, tripulación posición y hasta fotografías de cualquier embarcación.

Información útil para elegir a la ‘vícitma’

Uno de los registros más consultados por los piratas son las páginas web de las autoridades portuarias del cuerno de África y el Golfo de Adén, como los de Mombasa o Yibuti. Con estas y otras páginas con información similar, sirven de pie de apoyo a los piratas para desarrollar su trabajo de inteligencia de campo en los propios puertos.

Una vez que los piratas tienen el dato de la embarcación que va a fondear determinado día en determinado puerto, buscan su nombre en otros registros de embarcaciones marítimas. Ahí consiguen información sobre el armador, el operador, año de construcción e incluso negocio al que se dedican. Datos muy importantes a la hora de diseñar un ataque y preparar la negociación tras el secuestro.

 

Pero los piratas no sólo utilizan internet para elegir a sus ‘víctimas’. También disponen de informes meteorológicos detallados antes de hacerse a la mar, e incluso cambian de táctica analizando lo que los servicios de seguridad conocen y difunden en internet –como su modus operandi-.

Los piratas ‘escuchan’

Otro aspecto poco conocido es la recurrencia a las redes para evaluar a la opinión pública de un país tras un secuestro. Las redes piratas, sobre todo las células que actúan como negociadores, consultan las noticias del país con el que negocian para conocer cuál es la presión que las familias de los secuestrados ejercen sobre su Gobierno.

A más presión, el importe solicitado como recate es mayor. Por ello, tras el secuestro del Alakrana, el Gobierno y el Ministerio de Defensa solicitaron a las familias de los tripulantes que se abstuvieran de hacer declaraciones a la prensa. Los piratas estaban ‘escuchando’.

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