Optimismo ‘moderado’ en la Armada

Luz al final del túnel para el S-80: las pruebas del sistema AIP han resultado “positivas”

La firma que desarrolla el motor anaeróbico del submarino, que le permite navegar dos semanas en inmersión, ha testado con éxito un prototipo

Prototipo del submarino S-80.
Prototipo del submarino S-80.

El proyecto de los submarinos S-80 lleva años en entredicho. Sobrecostes, fallos de diseño, renuncias a tecnologías avanzadas que se incluían en los planos originales, retrasos continuos en las entregas… Pero empiezan a surgir buenas noticias: las pruebas del sistema AIP han sido “positivas” y muestran que el dispositivo es “viable”.


Los problemas encontrados durante la fase de diseño y construcción del submarino incluso traspasaron las fronteras de España. Tal y como contó El Confidencial Digital, el programa Grandes Fracasos de la Ingeniería’, que se emite en la televisión británica, llegó a incluirlo entre las ‘chapuzas’ más sonadas a nivel mundial.

Sin embargo, a la luz de las noticias que han ido surgiendo en el último año, el proyecto parece ir encaminándose hacia una consecución más o menos ‘feliz’. Se prevé que Navantia finalice el primero de los buques en 2021, y sea entregado a la Armada a finales de ese año. Las previsiones apuntan a que, tras las pertinentes pruebas de mar y certificaciones, el submarino sea plenamente operativo en el horizonte de 2023.

A ello contribuirá el desembolso extra de 1.500 millones de euros que ha previsto el Ministerio de Defensa, lo que eleva el coste total hasta los 3.685. Fondos que cubrirán el sobrecoste que han provocado los retrasos y contratiempos hallados durante la fase de producción.

Los fallos del AIP

Uno de los más graves, aparte del fallo de diseño que afectaba a la flotabilidad del buque, fueron los defectos encontrados en el sistema de propulsión AIP, el mayor avance tecnológico que llevaba aparejado el proyecto inicial.

Este sistema se basa en una pila de combustible alimentada por hidrógeno generado en base a bio-etanol, y permite básicamente que el submarino se propulse sin necesidad de obtener oxigeno de la superficie, ya sea emergiendo o mediante ‘snorkel’.

Este avance supone grandes capacidades operativas, ya que permite al submarino permanecer sumergido durante unos 13 días ininterrumpidos. Un plus determinante para un buque de concepción furtiva, y que convertiría al S-80 en el submarino con mayor autonomía en inmersión del mundo –exceptuando los buques de propulsión nuclear, obviamente-.

Tras múltiples problemas en el proceso de desarrollo de los prototipos, he incluso cambios drásticos en la dirección del programa y en las empresas que se encargaron de ello, el sistema parece que se encamina hacia una resolución positiva.

A finales de 2017, la firma Técnicas Reunidas inició una serie de pruebas con un prototipo reducido de tamaño del sistema AIP. Y según ha podido saber El Confidencial Digital de fuentes muy cercanas al proyecto, las pruebas han resultado “positivas”.

 

Los datos obtenidos de las pruebas, según estas voces, apuntan a la “viabilidad” del sistema, que ahora deberá ser desarrollado durante los próximos años a tamaño real. Se instalarán en la tercera y cuarta unidad de la familia S-80, mientras que el S-81 y el S-82 equiparían un sistema de propulsión diesel-eléctrico convencional.

Fuentes de la Armada, pertenecientes al arma submarina, aseguran que en la marina española se han recibido estas primeras noticias del avance en el sistema AIP con “relativo optimismo”. No se quiere lanzar las campanas al vuelo, pero hay quien sostiene que los S-80 empiezan a ver la luz al final del túnel.


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