María Cristina me quiere gobernar

Cuando éramos pequeños, entonábamos la canción “María Cristina me quiere gobernar”, que más o menos dice así: “María Cristina me quiere gobernar/Y yo le sigo le sigo la corriente/Porque no quiero que diga la gente… que/María Cristina me quiere gobernar”.

Por lo visto, la canción aludía a María Cristina de Habsburgo, segunda esposa de Alfonso XII, que fue regente de España hasta la mayoría de edad de su hijo, Alfonso XIII, y que mandaba bastante.

Ahora parece que asistimos a lo contrario. A un Gobierno legítimo que no quiere gobernar. O que no sabe. O las dos cosas.

Sin ‘plan B’

Gobernar es tomar decisiones, con tiempo y a tiempo. Y, además, acertar. Gobernar es resolver los problemas, y no crear otros más gordos, que es lo que ha logrado con la crisis de los controladores.

¿Cómo se le ocurrió al consejo de ministros tomar la decisión de acorralar a los controladores, aquel viernes crítico, vísperas del puente de La Inmaculada, sin haber pensado un ‘plan B’ por si acaso?

En fin, que los equipos que ha capitaneado José Luis Rodríguez Zapatero no han logrado demostrar que saben lo que es gobernar. Al menos en los grandes temas y a la vista de los resultados.

Si miramos a la gestión económica, más despropósitos parecen imposibles. Y, atendiendo a la política exterior, nunca la presencia de España ha sido menos relevante.

Se practica el amateurismo, el cambio de rumbo y la improvisación, se echa mano de la cualquier ocurrencia… Aunque, cuando vienen mal dadas, no duda en practicar un cierto matonismo, próximo a la pelea de taberna y el uso de la navaja de siete filos. En el regate corto se lucen más.

 

La responsabilidad es, por supuesto, de los ministros. Pero, mirando más atrás, recae es sobre quien los ha nombrado, quien ha ido eligiéndolos uno por uno, y después ha coordinado (es un decir) su gestión.

La batalla de la sucesión

Ahora, además, asistimos a la batalla por la sucesión de Zapatero, con Rubalcaba como candidato mejor posicionado.

En ese ámbito hay que ubicar la última declaración de José Bono, que ha dicho de Rubalcaba, en presencia del aludido, que es “de la A a la X el mejor político que he conocido”.

Con su cita, el presidente del Congreso excluyó a Felipe González y marginó visiblemente a Zapatero.

Pues, si se ha puesto del lado de Rubalcaba, es seguro que algo va buscando. ¿Quizá ser, con él en La Moncloa, el próximo vicepresidente del Gobierno?

Volviendo a los controladores y al desgobierno, es de temer que el 15 de enero, cuando acabe la prórroga concedida por el Congreso, Zapatero vuelva a la Cámara para decir que no está garantizado el tráfico aéreo en Semana Santa y pedir una nueva prórroga. Porque no hay visos de que se esté gestionando el problema para solucionarlo.

Pero el Gobierno tiene suerte. Este país, los españoles, admiten una situación excepcional como es el estado de alarma como quien se bebe un vaso de agua. Tiene suerte.

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