Xuclá amagó con filtrar datos aportados por Sanz Roldán

Nadie revela información sensible en la comisión de Secretos Oficiales

Ni el CNI ni los partidos se fían de la presencia de ERC y el PDeCAT. “Ya no sirve para nada”

Félix Sanz Roldán en el Congreso de los Diputados.
Félix Sanz Roldán en el Congreso de los Diputados.

La pasada semana compareció ante la comisión de control de los créditos destinados a gastos reservados –conocida abiertamente como comisión de secretos oficiales- el director del Centro Nacional de Inteligencia Félix Sanz Roldán.  El organismo parlamentario se encuentra bloqueado por la “desconfianza” que genera a partidos y ponentes la presencia de ERC y PDeCAT.


El director del CNI comparecía el pasado martes de forma voluntaria y a petición propia para ofrecer datos sobre la supuesta relación de los servicios de inteligencia con el imán de Ripoll, uno de los integrantes de la célula que perpetró los atentados de Las Ramblas y Cambrils.

Xuclá insinúa la ruptura del secreto

Tras la reunión, que como todas las citas de dicha comisión se celebran a puerta cerrada y bajo absoluta confidencialidad, el diputado del PDeCAT Jordi Xuclá dejó entrever que estaba valorando hacer pública la información “sustancial” y “muy interesante” que se había trasmitido en dicha comisión.

Se abría, dijo Xuclá, un “periodo de reflexión” en su grupo parlamentario para decidir qué hacer con la información. Unas declaraciones que han provocado un auténtico terremoto en ambientes de la inteligencia española y también entre otros partidos con sillón en la comisión de secretos oficiales. Unas palabras que luego precisó y rectificó, pero que no han gustado nada entre el resto de grupos que componen el órgano.

La “preocupante” presencia de ERC y PDeCAT

No es nueva la preocupación. La vuelta de ERC a la comisión tras nueve años de ausencia –y un veto ‘popular’ en 2012- se analizó en los servicios secretos españoles como un riesgo para la información que se tratase en dicho órgano parlamentario.

A ello se le suma la presencia del PDeCAT. El antiguo CiU nunca había sido percibido como una amenaza a la inviolabilidad del secreto de las materias tratadas en la comisión. Pero ahora, en ámbitos de la inteligencia, se percibe como “tan o más peligroso” que la propia ERC en este sentido.

La situación ha llevado hasta el punto que entre miembros de la comisión se considera que “ya no sirve para nada”. Ante el temor de que lo que allí se habla se filtre “ni los partidos hacen preguntas que puedan resultar relevantes ni los ponentes revelan asuntos realmente determinantes”. Todo se resume a “respuestas vagas” y a la exhibición de material –audiovisual o gráfico- “de valor relativo”.

El resultado, dicen, es una comisión de secretos oficiales ‘descafeinada’ en la que reina la desconfianza mutua y el temor a que la información revelada sea utilizada para fines políticos o partidistas.

Explican que las últimas reuniones que ha tenido la comisión han girado de una u otra forma en torno a Cataluña. La de Sanz Roldán por los atentados y la de Soraya Sáenz de Santamaría por las injerencias extranjeras durante y tras el 1-O. Asuntos en los que “ambos partidos –ERC y PDeCAT- son parte interesada”.

Además, explican, los diputados que acuden a la comisión pueden tomar notas de cuanto se dice allí, pero deben mantener un estricto protocolo para que esa información no se filtre ni caiga en malas manos. Como aseguran las fuentes consultadas, se sospecha que ni ERC ni PDeCAT cumplen con dichos protocolos.

 

La tensa relación CNI-ERC

En los últimos años, desde ERC se ha acusado a los servicios de inteligencia de varios intentos por infiltrarse en sus filas para conseguir información. También han señalado al centro como uno de los principales enemigos del proceso independentista.

Esquerra llegó a denunciar públicamente en el Parlamento catalán el aumento de dos millones de euros en el presupuesto del CNI  -a través de fondos reservados- tras la manifestación independentista del 11 de septiembre de 2012, que dio inicio a la crisis secesionista en Cataluña.

Sin embargo, la acusación se basaba en una apreciación del entonces diputado de ERC Roger Torrent tras analizar los presupuestos públicos y detectar la subida de 17 a 19 millones de euros en los fondos reservados. El destino de ese dinero no es público. Sólo se comunica precisamente a través de la Comisión de Secretos Oficiales.

ERC también suele recordar otro episodio en el que su nombre se vio cruzado con el del CNI, tras la detención del hacker Matías Bevilacqua en la Operación Pitusa. En el registro policial, al informático se le encontraron datos personales de varios cargos de Esquerra, así como varios números de teléfono de contacto con agentes del CNI –que posteriormente se confirmaron como reales.



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