El PSOE, a muerte
A un mes de las primarias en el Partido Socialista, convocadas para el 21 de mayo, las aguas en el PSOE bajan más revueltas que nunca.
Según reconocen destacados dirigentes, jamás se había visto un partido tan dividido, tan fracturado, tan enfrentado.
Lo que está en liza no es solamente una lucha de candidatos, una pugna por el poder entre dos, Susana Díaz y Pedro Sánchez, porque Patxi López ha dejado de contar.
Está también en juego el modelo de organización de cara al futuro. Ante la grave crisis que padece el PSOE, que viene de atrás, se va a decidir qué partido articular para sobrevivir y seguir aspirando un día a volver a gobernar España.
Se debate entre un PSOE centrado y razonable, con sentido nacional, de izquierda por supuesto pero capaz de llegar a pactos con otros por el bien del país; o bien un PSOE "podemizado", arrimado a la izquierda radical y a los populismos, cerrado a cualquier acuerdo con fuerzas como el PP pero abierto a pactar con los nacionalistas.
Y, a la vez, está también por medio la pervivencia política y personal de muchos de los protagonistas de esa contienda.
Existen dentro del socialismo dos sectores muy marcados, dos bloques enfrentados casi a muerte, que saben que, si es el otro el que gana, su futuro personal, político pero también económico, estará en peligro. Por eso la visceralidad con que se viene librando la batalla, y los tonos agrios, las sospechas y acusaciones que se han ido visualizando.
El PSOE se encuentra partido en dos mitades y esa es la peor noticia para ellos. Porque, cualquiera que sea quien gane, los otros, los perdedores, serán masacrados.
Pero, además, en esta pelea también se la juegan, nos la jugamos, el resto de españoles. El futuro inmediato de este país será muy distinto si gana Susana Díaz que si vence Pedro Sánchez. No hay ninguna duda.
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