El candidato ha lanzado guiños al PNV

“Dimita, señor Rajoy”, el golpe de efecto de Pedro Sánchez

El líder socialista recibió aplausos irónicos de los diputados del PP cuando anunció que mantendrá unos Presupuestos que el PSOE ha votado en contra

Pedro Sánchez, en el escaño que volverá a ocupar en el Congreso de los DIputados.
Pedro Sánchez, en el escaño que volverá a ocupar en el Congreso de los Diputados.

Más de un año y medio después de abandonar su acta de diputado, Pedro Sánchez ha vuelto a sentarse en el que fuera su escaño en el hemiciclo del Congreso de los Diputados. Desde el escaño se ha dirigido, entre los aplausos de los diputados del PSOE en pie, a la tribuna de oradores para postularse como presidente del Gobierno, como ya hiciera en marzo de 2016 en un debate de investidura en el que fracasó.

Siguiendo la argumentación de su número tres José Luis Ábalos, Pedro Sánchez ha comenzado su discurso justificando la presentación de la moción de censura. El líder socialista ha asegurado que era un deber moral para el PSOE reflejar la indignación de los ciudadanos, y para ello ha echado mano de un mecanismo constitucional como es la moción de censura.

“La mayor irresponsabilidad sería no presentar una moción de censura contra quien merece un reproche político”, ha destacado Sánchez para contrarrestar las críticas del PP de estar actuando de forma irresponsable al introducir un elemento de inestabilidad que puede frenar la recuperación económico y perjudicar la respuesta del Estado frente al desafío independentista en Cataluña.

Pedro Sánchez, que presentó la moción de censura antes de que compareciera Rajoy para reaccionar a la sentencia del caso Gürtel, ha sorprendido al ofrecer una salida al presidente del Gobierno. “¿Está dispuesto a dimitir?”, le ha preguntado desde la tribuna, y le ha ofrecido que “dimita, y podrá salir de la Presidencia del Gobierno por decisión propia”.

Un Gobierno “socialista” frente a la oferta de Podemos

Más allá de esa oferta retórica, Sánchez ha intentado que cale la idea de que “el tiempo político de Mariano Rajoy se ha acabado”. Incluso ha añadido que aunque su moción de censura no salga adelante (“pase lo que pase en este debate”) cree que la sociedad española va camino de dejar a un lado la “corrupción del PP”.

Sánchez no se ha dirigido directamente a ningún partido para pedirle su apoyo para sumarlo a los 84 diputados socialistas. Sí ha animado a llegar acuerdos entre las fuerzas que “mantienen el consenso del rechazo a la corrupción”.

También ha hecho una referencia velada a Podemos: si bien Pablo Iglesias no ha puesto condiciones -no ha exigido carteras ministeriales como sí hizo en 2016-, ha señalado que el Gobierno y su programa debería pactarse entre el PSOE y Podemos.

Pedro Sánchez ha despejado cualquier posibilidad de incorporar a personas de Podemos o de otros partidos al Gobierno que nombraría en caso de ganar la moción de censura y ser investido presidente del Gobierno. El suyo sería un Gobierno “socialista”, ha destacado, lo que se puede entender como una forma de cerrar la puerta a incluir ministros fuera del PSOE.

Tal y como había explicado Ábalos, Pedro Sánchez ha señalado que su Gobierno se mantendría hasta alcanzar una estabilidad y normalidad institucional que, a su juicio, ahora no se dan con Mariano Rajoy en La Moncloa.

Un guiño al PNV, ninguno Ciudadanos

Después ya llegaría la convocatoria de elecciones, pero ni se ha detenido en este punto ni ha puesto una fecha -ni aproximada- a esos comicios anticipados. Esa era una exigencia ineludible de Ciudadanos para abrirse a votar a favor de Pedro Sánchez.

 

A quien sí ha realizado un guiño el líder del PSOE es al PNV. Lo ha hecho al comprometerse a no dar marcha atrás a los Presupuestos Generales del Estado para 2018 aprobados en el Congreso la semana pasada, y a los que les falta el trámite en el Senado.

Los nacionalistas apoyaron esas cuentas al conseguir varias concesiones para el País Vasco, y no quieren que se frenen esas cuentas.

El anuncio de Sánchez de que no enmendará los presupuestos del PP ha sido un golpe de efecto que ha provocado abucheos desde la bancada del Grupo Popular. Sánchez lo ha justificado por una cuestión de “responsabilidad”, porque el PSOE es “un partido de Estado” y porque aunque no le guste el proyecto de 2018, cree que el trabajo en el que se debe centrar es en preparar las cuentas ya de 2019.

Además, Pedro Sánchez ha desgranado una serie de medidas que, para ser aplicadas, necesitarían más que unos meses de transición antes de convocar elecciones. El secretario general del Partido Socialista ha detallado un programa netamente de izquierdas, con propuestas que sería ineludibles para Podemos y para otros grupos de izquierdas más pequeños, como derogar los artículos más polémicos de la Ley de Seguridad Ciudadana (la denominada por sus críticos “ley mordaza”) y aprobar medidas legislativas para hacer efectiva la igualdad salarial entre hombres y mujeres, al hilo de la huelga del pasado 8 de marzo.

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